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Channel: TÚ TAMBIEN PUEDES SER SANTO. Mercedes Ramos
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SANTA EULALIA DE MERIDA

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Mártir, nacida en Mérida y martirizada en esta misma ciudad en el año 304.

Cuando Eulalia cumplió los doce años apareció el decreto del emperador Diocleciano prohibiendo a los cristianos dar culto a Jesucristo, y mandándoles que debían adorar a los falsos ídolos de los paganos. La niña sintió un gran disgusto por estas leyes tan injustas y se propuso protestar entre los delegados del gobierno.

Viendo su madre que la joven podía correr algún peligro de muerte si se atrevía a protestar contra la persecución de los gobernantes, se la llevó a vivir al campo, pero ella se vino de allá y llegó a la ciudad de Mérida.

Eulalia se presentó ante el gobernador Daciano y le protestó valientemente diciéndole que esas leyes que mandaban adorar ídolos y prohibían al verdadero Dios eran totalmente injustas y no podían ser obedecidas por los cristianos.



Daciano intentó al principio ofrecer regalos y hacer promesas de ayudas a la niña para que cambiara de opinión, pero al ver que ella seguía fuertemente convencida de sus ideas cristianas, le mostró todos los instrumentos de tortura con los cuales le podían hacer padecer horriblemente si no obedecía a la ley del emperador que mandaba adorar ídolos y prohibía adorar a Jesucristo.


Y le dijo: "De todos estos sufrimientos te vas a librar si le ofreces este pan a los dioses, y les quemas este poquito de incienso en los altares de ellos". La jovencita lanzó lejos el pan, echó por el suelo el incienso y le dijo valientemente: "Al sólo Dios del cielo adoro; a El únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más".

Entonces el juez pagano mandó que la destrozaran golpeándola con varillas de hierro y que sobre sus heridas colocaran antorchas encendidas. La hermosa cabellera de Eulalia se incendió y la jovencita murió quemada y ahogada por el humo.


Dice el poeta Prudencio que al morir la santa, la gente vio una blanquísima paloma que volaba hacia el cielo, y que los verdugos salieron huyendo, llenos de pavor y de remordimiento por haber matado a una criatura inocente. La nieve cubrió el cadáver y el suelo de los alrededores, hasta que varios días después llegaron unos cristianos y le dieron honrosa sepultura al cuerpo de la joven mártir. Allí en el sitio de su sepultura se levantó un templo de honor de Santa Eulalia, y dice el poeta que él mismo vio que a ese templo llegaban muchos peregrinos a orar ante los restos de tan valiente joven y a conseguir por medio de ella muy notables favores de Dios.


El culto de Santa Eulalia se hizo tan popular que hasta el gran San Agustín hizo sermones en honor de esta joven santa. Y en la muy antigua lista de mártires de la Iglesia Católica, llamada "Martirologio romano", hay esta frase: "el 10 de diciembre, se conmemora a Santa Eulalia, mártir de España, muerta por proclamar su fe en Jesucristo".



Himno a Santa Eulalia

Gloria y Honor a la mártir de Cristo

Que en la arena luchando valiente,

Esmaltó con su sangre inocente

de pureza el virgíneo cendal:

Que en el cielo su triunfo pregona,

Mientras Cristo su frente corona

Con la gloria del lauro inmortal.

Pura azucena, morado lirio,

Rosa fragante; flor de martirio;

Flor que embalsamas de auras de cielo

Nuestros hogares: Cuando tu velo

Como paloma posaste aquí,

Tú ser quisiste desde ese día,

Amparo siempre, consuelo y guía,

del que en sus penas se acoge a ti.

Tú nos bendices desde la altura

Donde en tu ermita, radiante y pura,

Luce tu imagen como la aurora,

Mirando a un pueblo que canta y ora

E implora siempre tu protección:

Que allí tu trono fijar Dios quiso

Como trasunto del Paraíso,

Como promesa de bendición.

Martir de Cristo, Virgen Sagrada,

A quien Dios hizo nuestra abogada:

Por ti alentados, la vida entera

Seguir queremos nuestra carrera

Bajo tu sombra; y en tu loor

Cantar fervientes himnos de gloria,

Como trofeo de tu victoria,

Como tributo de nuestro amor.

SAN ILDEFONSO

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Fiesta: 23 de enero
Obispo de Toledo.  606- 669
San Ildefonso nació en Toledo, España. Su tío era Eugenio, también de Toledo. Estudió en Sevilla bajo San Isidoro. Entró a la vida monástica y fue elegido abad de Agalia, en el río Tajo, cerca de Toledo.  En el 657 fue elegido arzobispo de esa ciudad. Unificó la liturgia en España; escribió muchas obras importantes, particularmente sobre la Virgen María.
San Ildefonso tenía una profunda devoción a la Inmaculada Concepción XII siglos antes de que se proclamara dogmáticamente. Ella le favoreció con grandes milagros.

Milagro del encuentro con la Virgen
Una noche de diciembre, él, junto con sus clérigos y algunos otros, fueron a la iglesia, para cantar himnos en honor a la Virgen María. Encontraron la capilla brillando con una luz tan deslumbrante, que sintieron temor. Todos huyeron excepto Alfonso y sus dos diáconos. Estos entraron y se acercaron al altar. Ante ellos se encontraba la María, La Inmaculada Concepción, sentada en la silla del obispo, rodeada por una compañía de vírgenes entonando cantos celestiales. María hízole seña con la cabeza para que se acercara. Habiendo obedecido, ella fijó sus ojos sobre él y dijo: "Tu eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla la cual mi Hijo te envía de su tesorería." Habiendo dicho esto, la Virgen misma lo invistió, dándole las instrucciones de usarla solamente en los días festivos designados en su honor.

Esta aparición y la casulla, fueron pruebas tan claras, que el concilio de Toledo ordenó un día de fiesta especial para perpetuar su memoria. El evento aparece documentado en el Acta Sanctórum como El Descendimiento de la Santísima Virgen y de su Aparición.
En la catedral los peregrinos pueden aun observar la piedra en que la Virgen Santísima puso sus pies cuando se le apareció a San Ildefonso.

En el bautismo, Cristo es quien bautiza
Del libro de san Ildefonso, obispo, sobre el conocimiento del bautismo, OFICIO DE LECTURA

Vino el Señor para ser bautizado por el siervo Por humildad, el siervo lo apartaba, diciendo: Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí? Pero, por justicia, el Señor se lo ordenó, respondiendo: Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.

Después de esto, declinó el bautismo de Juan, que era bautismo de penitencia y sombra de la verdad, y empezó el bautismo de Cristo, que es la verdad, en el cual se obtiene la remisión de los pecados, aun cuando no bautizase Cristo, sino sus discípulos. En este caso, bautiza Cristo, pero no bautiza. Y las dos cosas son verdaderas bautiza Cristo, porque es él quien purifica, pero no bautiza, porque no es él quien baña. Sus discípulos, en aquel tiempo, ponían las acciones corporales de su ministerio, como hacen también ahora los ministros, pero Cristo ponía el auxilio de su majestad divina. Nunca deja de bautizar el que no cesa de purificar; y, así, hasta el fin de los siglos, Cristo es el que bautiza, porque es siempre él quien purifica.

Por tanto, que el hombre se acerque con fe al humilde ministro, ya que éste está respaldado por tan gran maestro. El maestro es Cristo. Y la eficacia de este sacramento reside no en las acciones del ministro, sino en el poder del maestro, que es Cristo.

Oración

Dios todopoderoso, que hiciste a san Ildefonso insigne defensor de la virginidad de María, concede a los que creemos en este privilegio de la Madre de tu Hijo sentirnos amparados por su poderosa y materna intercesión. Por nuestro Señor Jesucristo.


 
ORACIÓN A MARIA
De San Ildefonso de Toledo

(del Libro de la perpetua virginidad de Santa María)
A ti acudo, única Virgen y Madre de Dios. Ante la única que ha obrado la Encarnación de mi Dios me postro.
Me humillo ante la única que es madre de mi Señor. Te ruego que por ser la Esclava de tu Hijo me permitas consagrarme a ti y a Dios, ser tu esclavo y esclavo de tu Hijo,
servirte a ti y a tu Señor.

A Él, sin embargo, como a mi Creador y a ti como madre de nuestro Creador;
a Él como Señor de las virtudes y a ti como esclava del Señor de todas las cosas; a Él como a Dios y a ti como a Madre de de Dios.

Yo soy tu siervo, porque mi Señor es tu Hijo. Tú eres mi Señora, porque eres esclava de mi Señor.

Concédeme, por tanto, esto, ¡Oh Jesús Dios, Hijo del hombre!: creer del parto de la Virgen aquello que complete mi fe en tu Encarnación; hablar de la maternidad virginal aquello que llene mis labios de tus alabanzas; amar en tu Madre aquello que tu llenes en mi con tu amor; servir a tu Madre de tal modo que reconozcas que te he servido a ti; vivir bajo su gobierno en tal manera que sepa que te estoy agradando y ser en este mundo de tal modo gobernado por Ella que ese dominio me conduzca a que Tú seas mi Señor en la eternidad.

¡Ojala yo, siendo un instrumento dócil en las manos del sumo Dios, consiga con mis ruegos ser ligado a la Virgen Madre por un vínculo de devota esclavitud y vivir sirviéndola continuamente!

Pues los que no aceptáis que María sea siempre Virgen; los que no queréis reconocer a mi Creador por Hijo suyo, y a Ella por Madre de mi Creador; si no glorificáis a este Dios como Hijo de Ella,  tampoco glorificáis como Dios a mi Señor. No glorificáis como Dios a mi Señor los que no proclamáis bienaventurada a la que el Espíritu Santo ha mandado llamar así por todas las naciones; los que no rendís honor a la Madre del Señor
con la excusa de honrar a Dios su Hijo.

Sin embargo yo, precisamente por ser siervo de su Hijo, deseo que Ella sea mi Señora; para estar bajo el imperio de su Hijo, quiero servirle a Ella; para probar que soy siervo de Dios, busco el testimonio del dominio sobre mi de su Madre; para ser servidor de Aquel que engendra eternamente al Hijo,
deseo servir fielmente a la que lo ha engendrado como hombre.
Pues el servicio a la Esclava está orientado al servicio del Señor;
lo que se da a la Madre redunda en el Hijo;
lo que recibe la que nutre termina en el que es nutrido,
y el honor que el servidor rinde a la Reina viene a recaer sobre el Rey.

Por eso me gozo en mi Señora,
canto mi alegría a la Madre del Señor,
exulto con la Sierva de su Hijo, que ha sido hecha Madre de mi Creador
y disfruto con Aquélla en la que el Verbo se ha hecho carne.
Porque gracias a la Virgen yo confío en la muerte de este Hijo de Dios
y espero que mi salvación y mi alegría venga de Dios siempre y sin mengua,
ahora, desde ahora y en todo tiempo y en toda edad
por los siglos de los siglos.
Amén.


SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA 1838-1862

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En Isola, del Abruzo, en Italia, san Gabriel de la Virgen de los Dolores (Francisco) Possenti, acólito, que, renunciando a la vanidad del mundo, todavía adolescente ingresó en la Congregación de la Pasión y en breve tiempo consumó su vida.
Se llamaba Francisco Possenti y había nacido en Asís. Su padre era el juez Possenti, un personaje en la localidad, porque además era gobernador de los Estados Pontificios. Estudió con los jesuitas de Spoleto y con los hermanos de La Salle, y estuvo más preocupado por la literatura, su aspecto físico y el baile que por la virtud, de manera que le llamaba "el bailarín". 
Por dos veces una grave enfermedad le hizo prometer que si sanaba se haría religioso, pero al recobrar la salud no tardó en olvidar su promesa, hasta que una recaída y la muerte de su hermana predilecta, María Luisa (1855), hicieron que se planteara seriamente su vocación, y de sustituir a su hermana y su madre por la Virgen. Dejó a la novia que tenía y le planteó a su padre hacerse religioso; pero su padre le mantuvo a prueba durante un año en su casa. En 1856, con 18 años, ingresó en los pasionistas de Morrovalle adoptando el nombre de Gabriel de la Dolorosa, por su amor a la Virgen de los Dolores, "Mi paraíso son los dolores de mi querida Madre". Vivió una gran devoción a la Virgen, tanto internamente como en público; especialmente en la procesión anual de Spoleto con la "Santa Icone". 
Su vida transcurrió en los conventos de Morrovalle, en Pievetorina y por último en Issola del Gran Sasso, en los Abruzos. No tuvo nada de clamoroso. Desde fuera no traslucía casi nada, porque su conducta ejemplar se consumó en la perfecta disciplina, en la meticulosa observancia de la regla, en la perfecta humildad, y en la apasionada oración. Solamente por las cartas se observaba como su corazón ardía por su amor a la virgen de los Dolores: "Amo tanto a la Virgen María, que es mi Madre, que si los superiores me lo permitieran grabaría su nombre en mi corazón y en mis carnes con letras de fuego".
 Una Orden tan severa como la de los pasionistas no le resultó fácil: le costó acostumbrarse a sus rigores, su delicada complexión se resistió, sufrió diversas enfermedades y cuando Fue ordenado de menores en 1861 estaba enfermo de tisis, y murió un año antes de ser sacerdote. Se le conoció como el "santo de la sonrisa". Después de su muerte realizó numeroso milagros. Desde 1969 su culto se ha limitado a los calendarios locales. Copatrón de la juventud católica italiana. Patrón de los Abruzos. 


SANTA MATILDE REINA

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Hoy, 14 de marzo, conmemoramos a Santa MATILDE, Reina.

SANTA MATILDE (¿895?-968) nació en Engern, Sajonia, en la actual Alemania; hija de Teodorico conde de Westfalia y de Rainilda de Dinamarca.

Fue educada en el monasterio de Herford, y aprendió a leer y a escribir, algo no muy común en su época. Durante su educación siempre está atenta a los sucesos de la política.

Se casa con Enrique I, duque de Sajonia y más tarde, en 919, rey de Alemania; ambos instauran la célebre dinastía sajona que gobernó los países alemanes con cuatro emperadores.

Cuando Enrique parte a la guerra, ella sabe dirigir bien el reino. Pero a la muerte de su marido, en 936, Santa Matilde renuncia a todos los privilegios característicos de su rango para llevar una vida austera, generosa y caritativa para el prójimo.

Siguió una violenta pugna por la sucesión entre sus hijos, Enrique y Otón, que se resolvió a favor de este último, al ser coronado emperador en Roma en 962. Esto significó una larga prueba de sufrimiento, humildad y paciencia para Santa Matilde.

La santa mandó construir conventos en Nordhausen, Engern, Poehlen y Quedlinburg, donde finalmente murió.

Se dice que Santa Matilde poseía el don de predecir el fallecimiento de algunas personas. Desde su fallecimiento fue venerada como santa.

SANTA MATILDE nos enseña resignación ante el sufrimiento por los más crueles pleitos familiares.

José María Robles Hurtado Mártir Mexicano, Junio 26

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Sacerdote, Escritor, Fundador y Mártir Mexicano
Junio 26

Primeros Años

Nació el 3 de mayo de 1888 en Mascota, Jalisco, población enclavada en un pequeño valle de la Sierra Madre, a 200 kilómetros al oeste de Guadalajara, casi en línea recta hacia Puerto Vallarta, de la que dista 100 Km. Hijo de Antonio Robles y Petronila Hurtado. Fue bautizado el mismo día de su nacimiento. Recibió la confirmación el 10 de marzo de 1896. Hizo su Primera Comunión el 12 de septiembre de 1896. Inició sus estudios en la escuela oficial y continuó su instrucción primaria en la escuela parroquial. Pero la mayor influencia educativa la recibió en su hogar, sobre todo de su madre, mujer profundamente cristiana.

En el seminario menor

En 1900 ingresó al Seminario de Guadalajara. En 1904 estuvo a punto de dejar el Seminario al sufrir varias enfermedades y pretextando pueriles penalidades; pero sus padres, con amor y energía, le hicieron recapacitar en la sublimidad de su vocación, y al practicar unos ejercicios espirituales se afianzó en su vocación. Uno de los males que lo aquejaban, eran fuertes dolores de cabeza, por vista cansada, que desaparecieron al adaptarle los lentes, que usó por el resto de su vida.

En el seminario mayor

Era inteligente y muy estudioso, por lo que siempre se distinguió con máximas calificaciones. Fue tonsurado en enero de 1905. Siendo estudiante de Teología, en 1908 acompaña a uno de sus profesores, Don Ignacio Plascencia, nombrado Obispo de Tehuantepec, para misionar durante cuatro meses y medio en el estado de Oaxaca. En 1911 recibió el Subdiaconado y el Diaconado; un año más tarde le confiaron los cargos de vice-rector y ecónomo del Seminario.

Sacerdocio

Poco antes de cumplir los 25 años de edad, fue ordenado sacerdote el 22 de marzo de 1913 en el templo de la Soledad de Guadalajara, por el Excmo. Sr. Arzobispo Francisco Orozco y Jiménez. Sus primeros ministerios estables empezaron en Guadalajara. Fue capellán de las “Siervas de Jesús Sacramentado”, y director del “Instituto del Sagrado Corazón” (primaria y preparatoria) que desapareció con el avance de las fuerzas de Obregón. En Mayo de 1914 fue enviado a su natal Mascota en vacaciones forzadas y adelantadas.

Escritor

No podía regresar a Guadalajara porque había represalias contra el clero, permaneció en Mascota hasta 1916. Allí se dedicó a escribir algunos folletos de inspiración ascética: “Esclavos del Corazón de Jesús en María”, “Tratado sobre la Oración”, “Conozcámosle” y “Anhelos del Corazón Eucarístico de Jesús”.
Otros de sus escritos que se han publicado son: “Vía-crucis Eucarístico”, “Novena en honor de la Bienaventurada (ahora Santa) Margarita María Alacoque", “Las Virtudes”, “Enseñanzas Espirituales” (este último es un compendio de los Consejos, Cartas Colectivas, Escritos Varios y Testamento; todos dirigidos a sus Hijas Religiosas). 
El estilo del Padre José María Robles en sus cartas es llano, sencillo y de naturaleza afectuosa. Su poesía es totalmente religiosa: se cuentan 60 composiciones en verso (dramáticas unas, líricas otras) y 56 himnos vertidos al latín.

Fundador
Siendo capellán en Mascota de las religiosas del “Verbo Encarnado”, y durante la celebración de la Misa, en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, 11 de junio de 1915, tuvo la inspiración de fundar una congregación religiosa cuyo carisma se inspiraba en el pensamiento: “Ya no verdugos, sino víctimas del Corazón Eucarístico de Jesús”.

En 1916 fue destinado como ministro a la Parroquia de Nochistlán, Zacatecas, cuyo párroco era el Sr. Cura Román Adame (ahora Santo Mártir). Allí fue nombrado profesor del Seminario Auxiliar y en su ministerio dio pruebas innumerables de obediencia, piedad, laboriosidad y abnegación. Por unos cuantos días fue trasladado como ministro a Mexticacán, Jalisco, pero regresó nuevamente a Nochistlán.

El 27 de diciembre de 1918 fundó la congregación de “Víctimas del Corazón Eucarístico de Jesús”, después de vencer serios obstáculos y siempre con ejemplar sumisión a las autoridades eclesiásticas. Siete fueron las hermanas fundadoras.

Párroco

En diciembre de 1920 fue nombrado párroco de Tecolotlán, Jalisco. Desde su primer sermón se ganó la confianza y admiración de sus feligreses y con su fervorosa predicación comenzó a encender en el corazón de todos el amor al Sacratísimo Corazón de Jesús. Una de sus primeras preocupaciones fue visitar el hospital y al encontrarlo en ruinas concibió la idea de reedificar la finca.

Formó grupos de fieles para integrarlos a la labor parroquial, sin distinción de clases, sexos o edades. Tuvo especiales atenciones para los obreros, a quienes exhortaba a la fraternidad y a la observancia de una vida netamente cristiana.

Se ganó la simpatía de sus feligreses por brindarles un trato siempre amable, de sincera amistad, de estímulo al cumplimiento de sus deberes.

Se distinguió por la perseverancia y constancia en superar los obstáculos, como el caso de la fundación de su congregación, pero su virtud relevante era el amor al Corazón de Jesús y su deseo vehemente de salvar a los hombres. Celebraba la santa Misa con mucho fervor y trataba de infundir en sus feligreses el amor a la Eucaristía.

Ama
ba entrañablemente a la Santísima Virgen. Lleno de caridad para con todos se prodigaba en el confesionario y en la atención a los enfermos. Por medio de la prensa propagó la doctrina cristiana y el apostolado del Sagrado Corazón de Jesús, publicó un periódico que llamó: “Luz del Hogar”.


Persecución Religiosa

Con motivo de la persecución religiosa tuvo que ocultarse desde el 2 de enero de 1927, puesto que el Gobierno Federal le había declarado una persecución más severa desde que colocó una Cruz en “La Loma”, cercana a Tecolotlán, considerando este hecho como un delito.

Desde la casa donde estaba escondido vigilaba y oraba por sus feligreses, a los que nunca quiso abandonar. En ese tiempo se dedicó a escribir las normas que habrían de regir a la comunidad religiosa fundada por él.

El 26 de febrero de 1927, al conocer la orden dada por Gobernación para que fueran aprehendidos los sacerdotes, exclamó lleno de fe: “Estamos en las manos de Dios”. Y poco después, cuando le rogaron que huyera para evitar que lo mataran, contestó sonriendo “¡Ah, si el Corazón Eucarístico me llevara!”.

Martirio

El 25 de junio de 1927 se disponía a celebrar la santa Misa cuando llegaron los soldados y sitiaron la casa de la familia Agraz, luego entraron a catearla por orden expresa del Coronel Calderón, quien había recibido telegráficamente esta orden:
“Procédase con todo rigor en contra del cura rebelde”.
Los soldados tomaron prisionero al Padre José María Robles y lo condujeron al cuartel de los agraristas donde pasó el resto del día y parte de la noche. Se iniciaron algunas diligencias ante los jefes militares para lograr su libertad pero fueron rechazadas hasta con groserías.
En la noche un grupo de jovencitas lograron acercarse a la prisión y recibieron, por conducto de los vigilantes, su breviario en donde venían unos versos en honor del Sagrado Corazón y de la Santísima Virgen. Era una última manifestación de su gran amor al Corazón de Jesús y la aceptación gustosa del martirio:

Quiero amar tu corazón,
Jesús mío, con delirio,
quiero amarte con pasión,
quiero amarte hasta el martirio.

Con el alma te bendigo,
mi sagrado corazón.
Dime: ¿se llega el instante
de feliz y eterna unión?

Tiéndeme, Jesús, los brazos,
pues tu “pequeñito soy”;
de ellos, al seguro amparo,
a donde lo ordenes, voy.

Al amparo de mi Madre
y de su cuenta corriendo
yo, su “pequeño” del alma,
vuelo a sus brazos sonriendo.

Un padre que espera a sus hijos todos allá en el Cielo.

A media noche, sujeto con cuerdas, fue sacado de la cárcel y obligado a caminar rumbo a la sierra de Quila. Un soldado al notar que se le dificultaba caminar, le cedió el caballo.

Al llegar a la parte más alta de la sierra, los soldados se detuvieron a los pies de un frondoso roble. El Padre José María comprendió que lo iban a ahorcar, perdonó a sus verdugos, y al acercarse uno de los agraristas, que era su compadre, llamado Enrique Vázquez, le dijo:
“Compadre, no te manches”.

Y tomándole la soga de entre las manos se la colocó el mismo. Los soldados consumaron el crimen y lo bajaron poco tiempo después ordenando a unos arrieros que dieran aviso a la gente de la ranchería de Quila que allí estaba un ajusticiado; era la madrugada del 26 de junio de 1927.

Vinieron algunas personas de una carbonera cercana y sepultaron superficialmente el cadáver, sin reconocer que era el del Señor Cura de Tecolotlán. Al día siguiente, 27 de junio, fue exhumado por gente de Quila y llevado a la población donde lo velaron y le dieron sepultura.

Sus reliquias
El 26 de Junio de 1932, fueron trasladados sus restos de Quila al templo Expiatorio de Guadalajara, con autorización del Sr. Obispo D. José Garibi Rivera. Sus reliquias reposan bajo el altar de la Capilla en la Casa General de sus hijas religiosas, las “Hermanas del Corazón de Jesús Sacramentado”, nuevo nombre de la congregación fundada por el Padre José María Robles.

Ubicada en la calle Churubusco 366, Sector Libertad, de la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Ahí mismo se puede visitar un Museo dedicado en su honor, donde se explica de manera detallada su vida y su obra; también se pueden observar algunos de sus escritos originales, admirar muchas fotografías de él, de su familia, de los lugares donde vivió y algunas de sus pertenencias: ropa, muebles y diversos objetos dedicados al culto sagrado que él usó durante su vida.

Camino a los altares

Son muchos los que ofrendaron sus vidas en un período que abarca veintidós años, prácticamente de 1915 a 1937, proclamando siempre con fuerte voz y corazón ferviente el grito: “Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe”.

El proceso de Canonización se inició desde el 27 de junio de 1933. Analizadas las circunstancias particulares de estos testigos de Cristo, quedaron 25 seleccionados que merecieron recibir el título oficial de Mártires, el 4 de febrero de 1992, fecha en la que se aprobó por unanimidad el título por la Congregación de Cardenales de la Iglesia Católica de Roma. Tres de ellos son seglares o laicos y veintidós son sacerdotes, en una lista que encabeza el Padre Cristóbal Magallanes, la mayoría nacidos en el Estado de Jalisco.

“Con firmes y razonados argumentos se comprobó hasta la evidencia, que estos veinticinco mexicanos, cristianos, bautizados en la fe católica, tuvieron muerte física violenta que, por los golpes, heridas y tormentos, que por odio a la fe cristiana les propinaron los perseguidores, y los mártires pacientemente, con conocimiento y libre voluntad, soportaron por amor a Cristo, porque la gracia de Dios los sostuvo para que con heroica fortaleza dieran testimonio con su sangre de la verdad del Evangelio y fueran así modelos de cristianos y sacerdotes fieles para el mundo de hoy”. (Ramiro Valdés Sánchez, Pbro.)

Beatificación

El Siervo de Dios José María Robles Hurtado fue beatificado por S.S. Juan Pablo II en la fiesta de Cristo Rey, el 22 de noviembre de 1992, durante el año del Quinto Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América, en una ceremonia celebrada en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, junto con sus 24 compañeros Mártires.

El milagro

En vista de su canonización la Postulación de la Causa presentó al juicio de la Congregación de las Causas de los Santos una curación tomada como maravillosa, atribuida a la intercesión de estos Beatos.

El caso pertenece a la señorita María del Carmen Pulido Cortés, que prestaba sus servicios de Química Farmacobióloga en un Hospital de Guadalajara, y comenzó a sufrir dolores en los pechos, en los cuales se podían apreciar al tacto dos nódulos.

El 17 de octubre del año 1991 se le hizo una mamografía y una ecografía y se encontraron quistes mamarios bilaterales y en vista de que dos de ellos habían crecido de una manera notable, el día 5 de noviembre siguiente se le operó para extirpar los nódulos de los pechos. De la inspección histológica resultó que se trataba de una grave “mastopatía fibrocística bilateral con prevalecencia de esclerosis y adenosis”.

Como la enferma era todavía joven de treinta años, los médicos afirmaron que la enfermedad duraría hasta la menopausia. Porque, aunque recibiera curaciones la enferma sufría frecuentes dolores de cabeza, vómitos, repugnancia a los alimentos y sus condiciones generales empeoraban cada vez más al grado de que se vio obligada a abandonar su trabajo y guardar cama, al mismo tiempo que caía en un estado depresivo, sin encontrar mejoría en las terapias.

Una segunda ecografía realizada el 7 de enero de 1993, reveló la presencia de cincuenta quistes pequeños de diversos tamaños distribuidos en los pechos.

Desde el inicio de su enfermedad María del Carmen había implorado su salud a Dios, por intercesión de los Siervos de Dios Cristóbal Magallanes y 24 compañeros, y con la esperanza de obtenerla, fue a Roma y asistió a la Beatificación de los Siervos de Dios, pero no logró lo que deseaba.

Vuelta al hogar siguió invocándolos, mientras que sus condiciones de salud empeoraban. El 30 de enero de 1993 le llevaron las reliquias de los Beatos y después de ponerlas con devoción sobre los pechos, después de unos dos o tres minutos, se levantó de la cama perfectamente sana.

Canonización

El 10 de marzo del Año Santo 2000, Jubileo de la Encarnación de Jesucristo, el Papa Juan Pablo II autorizó el decreto de la Canonización de los Veinticinco Mártires Mexicanos. 

El Beato José María Robles Hurtado fue canonizado el quinto domingo de Pascua, día 21 de mayo del Año Jubilar 2000, fecha dedicada exclusivamente a México, por S. S. Juan Pablo II, en ceremonia celebrada en la Plaza de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, ante la presencia de más de 40 mil mexicanos, entre los que se encontraba un grupo de 150 de sus Hijas Religiosas, y algunos familiares. 

En dicha ceremonia también fueron canonizados sus 24 compañeros Beatos Mártires, encabezados por el Beato Cristóbal Magallanes; el Beato mexicano José María de Yermo y Parres, presbítero y fundador de la congregación de religiosas “Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres”; la Beata mexicana María de Jesús Sacramentado (María Natividad) Venegas de la Torre, religiosa fundadora de la congregación “Hijas del Sagrado Corazón de Jesús”.

Su obra
Causa admiración el que a los 29 años tenga el Padre José María Robles tal sensatez espiritual para dar el enfoque fundamental de su obra: el Instituto Religioso. Indica en pocas palabras el fin principal de la Congregación:

“Amar, reparar y servir habitualmente al Corazón de Jesús en la Eucaristía. Aceptar gustosamente todos los sacrificios, aún el de la propia vida, por extender el reinado de amor del Corazón de Jesús y por la salvación de las almas. Trabajar únicamente por el Corazón de Jesús, en todas aquellas obras en que esté de por medio su gloria y la caridad para nuestros hermanos, por ejemplo: escuelas, catequesis, hospitales, asistencia de enfermos, asilos, etc.”.

Sus ansias por la realización de su proyecto, se deducen por sus escritos:

“Considero no tener mayor felicidad que la de entregar muchas almas al Corazón divino. Nuestra fundación es mi idea capital, la dulce esperanza que alienta mi pecho, y el fin de mi vida sacerdotal.”

Después de su martirio las noticias desalentadoras pululaban por doquier: “La Obra del Padre Robles, muere…”. Dispersas las Religiosas, obedeciendo prudentísima orden de recogerse con sus familias, esperaban y oraban…

Su Obra la confió a Dios y a la Santísima Virgen: no morirá, imposible perecer…

“No os engaño, siento íntimamente que vuestra Congregación es Obra del Corazón Eucarístico de Jesús, y que subsistirá si respondéis a las divinas exigencias, y dará copiosos y perennes frutos”.

La formal aprobación diocesana de la fundación fue dada el 11 de julio de 1933, por el Arzobispo Orozco y Jiménez, autorizado a su vez por la Sagrada Congregación de Religiosos de Roma, seis años después del martirio de San JOSE MARIA.

El 26 de enero de 1963, después de 45 años de estar solicitándola con perseverancia, el Papa Juan XXIII dio la aprobación definitiva de la Congregación.

La Congregación
creció rápidamente. Las bases de su expansión han sido, de una parte el que ofrece un camino a la santidad personal y, de la otra, el que para lograr dicha santidad se apoya en un apostolado muy humano. Enfermos, huérfanos, ancianos, pobres, ignorantes, así como niños y jóvenes deseosos de aprender, encuentran en las “Hermanas del Corazón de Jesús Sacramentado” un apoyo sólido y cariñoso, ya sea para aliviar su dolor o en sus deseos de crecer en sabiduría y santidad.


Cabe destacar que la semilla del Apostolado sembrada por San José María también ha dado frutos en África. A la fecha se cuenta con un grupo de 6 Hermanas Profesas y 12 Novicias de Angola, África. Así mismo en Perú, donde hay 3 religiosas de nacionalidad peruana.

Un deseo hecho realidad.

Uno de los grandes deseos de San José María era el de fundar, junto con la Congregación de Hermanas, una Congregación de Hermanos Sacerdotes. El padre Félix Rougier le recomendó dedicar todos sus esfuerzos a la fundación de una sola rama pues eran tiempos difíciles.

A través de la Congregación Hermanas del Corazón de Jesús Sacramentado y después de su fructífera labor en las misiones en África, fue aprobada por el Sr. Obispo Eugenio dal Corso, de Saurimo, Angola, la rama masculina en la Congregación, estando actualmente algunos aspirantes en preparación en el Seminario de Saurimo. 

Existe también un grupo de Misioneros Laicos del Corazón Eucarístico de Jesús, proyecto iniciado por la Madre Clara Genoveva HCJS, que se dedican a apoyar a las religiosas en los lugares donde existen misiones; por ejemplo en la región de las Huastecas: Huejutla, Hgo. y Tamazunchale, S. L. P. 

Oración

El Mártir Mexicano, San José María Robles Hurtado, nos ha legado el máximo testimonio de fe y de amor cristiano, nos dio prueba de su gran amor al Corazón Eucarístico de Jesús y a la Santísima Virgen, es heroico modelo de Vida Cristiana y nuestro poderoso intercesor ante Dios. Por todo ello le rezamos a Dios así:

Señor Dios nuestro, que concediste
al Santo José María Robles Hurtado:
amar y hacer amar al Corazón de
Jesús en la Eucaristía, practicar y
promover el verdadero amor a la
Santísima Virgen
, entregarse con

generosidad al servicio del prójimo
vivir con plenitud su sacerdocio y 
ser un fiel testigo de Cristo, hasta 
el martirio.

Ayúdanos a vivir, a ejemplo suyo, en
constante actitud de servicio y
solidaridad con los más necesitados.

(Petición)

San José María Robles,
apóstol incansable del Corazón
Eucarístico de Jesús… Ruega por
nosotros. 


  
Autor: Juan Manuel Robles Gil 

http://www.preguntasantoral.es/2011/08/san-jose-maria-robles-hurtado/


CAPILLA PAPAL PARA LA CANONIZACIÓN 
HOMILÍA DEL SANTO PADRE 

Domingo 21 de mayo de 2000
1. "No amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad" (1 Jn 3, 18). Esta exhortación, tomada del apóstol Juan en el texto de la segunda lectura de esta celebración, nos invita a imitar a Cristo, viviendo a la vez en estrecha unión con Él. Jesús mismo nos lo ha dicho también en el Evangelio recién proclamado: "Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí" (Jn 15,4).
A través de la unión profunda con Cristo, iniciada en el bautismo y alimentada por la oración, los sacramentos y la práctica de las virtudes evangélicas, hombres y mujeres de todos los tiempos, como hijos de la Iglesia, han alcanzado la meta de la santidad. Son santos porque pusieron a Dios en el centro de su vida e hicieron de la búsqueda y extensión de su Reino el móvil de su propia existencia; santos porque sus obras siguen hablando de su amor total al Señor y a los hermanos dando copiosos frutos, gracias a su fe viva en Jesucristo, y a su compromiso de amar como Él nos ha amado, incluso a los enemigos.
2. Dentro de la peregrinación jubilar de los mexicanos, la Iglesia se alegra al proclamar santos a estos hijos de México: Cristóbal Magallanes y 24 compañeros mártires, sacerdotes y laicos; José María de Yermo y Parres, sacerdote fundador de las Religiosas Siervas del Sagrado Corazón de Jesús, y María de Jesús Sacramentado Venegas, fundadora de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús.
Para participar en esta solemne celebración, honrando así la memoria de estos ilustres hijos de la Iglesia y de vuestra Patria, habéis venido numerosos peregrinos mexicanos, acompañados por un nutrido grupo de Obispos. A todos os saludo con gran afecto. La Iglesia en México se regocija al contar con estos intercesores en el cielo, modelos de caridad suprema siguiendo las huellas de Jesucristo. Todos ellos entregaron su vida a Dios y a los hermanos, por la vía del martirio o por el camino de la ofrenda generosa al servicio de los necesitados. La firmeza de su fe y esperanza les sostuvo en las diversas pruebas a las que fueron sometidos. Son un precioso legado, fruto de la fe arraigada en tierras mexicanas, la cual, en los albores del Tercer milenio del cristianismo, ha de ser mantenida y revitalizada para que sigáis siendo fieles a Cristo y a su Iglesia como lo habéis sido en el pasado.
3. En la primera lectura hemos escuchado cómo Pablo se movía en Jerusalén "predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo" (Hch 9, 28-29). Con la misión de Pablo se prepara la propagación de la Iglesia, llevando el mensaje evangélico a todas las partes. Y en esta expansión, no han faltado nunca las persecuciones y violencias contra los anunciadores de la Buena Nueva. Pero, por encima de las adversidades humanas, la Iglesia cuenta con la promesa de la asistencia divina. Por eso, hemos oído que "la Iglesia gozaba de paz [...] Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo" (Hch 9,31).
Bien podemos aplicar este fragmento de los Hechos de los Apóstoles a la situación que tuvieron que vivir Cristóbal Magallanes y sus 24 compañeros, mártires en el primer tercio del siglo XX. La mayoría pertenecía al clero secular y tres de ellos eran laicos seriamente comprometidos en la ayuda a los sacerdotes. No abandonaron el valiente ejercicio de su ministerio cuando la persecución religiosa arreció en la amada tierra mexicana, desatando un odio a la religión católica. Todos aceptaron libre y serenamente el martirio como testimonio de su fe, perdonando explícitamente a sus perseguidores. Fieles a Dios y a la fe católica tan arraigada en sus comunidades eclesiales a las cuales sirvieron promoviendo también su bienestar material, son hoy ejemplo para toda la Iglesia y para la sociedad mexicana en particular.
Tras las duras pruebas que la Iglesia pasó en México en aquellos convulsos años, hoy los cristianos mexicanos, alentados por el testimonio de estos testigos de la fe, pueden vivir en paz y armonía, aportando a la sociedad la riqueza de los valores evangélicos. La Iglesia crece y progresa, siendo crisol donde nacen abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas, donde se forman familias según el plan de Dios y donde los jóvenes, parte notable del pueblo mexicano, pueden crecer con esperanza en un futuro mejor. Que el luminoso ejemplo de Cristóbal Magallanes y compañeros mártires os ayude a un renovado empeño de fidelidad a Dios, capaz de seguir transformando la sociedad mexicana para que en ella reine la justicia, la fraternidad y la armonía entre todos.
4. "Éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros tal como nos lo mandó" (1 Jn 3, 23). El mandato por excelencia que Jesús dio a los suyos es amarse fraternalmente como él nos ha amado (cf. Jn 15,12). En la segunda lectura que hemos escuchado, el mandamiento tiene un doble aspecto: creer en la persona de Jesucristo, Hijo de Dios, confesándolo en todo momento, y amarnos unos a otros porque Cristo mismo nos lo ha mandado. Este mandamiento es tan fundamental para la vida del creyente que se convierte como en el presupuesto necesario para que tenga lugar la inhabitación divina. La fe, la esperanza, el amor llevan a acoger existencialmente a Dios como camino seguro hacia la santidad.
Este se puede decir que fue el camino emprendido por José María de Yermo y Parres, que vivió su entrega sacerdotal a Cristo adhiriéndose a Él con todas sus fuerzas, a la vez que se destacaba por una actitud primordialmente orante y contemplativa. En el Corazón de Cristo encontró la guía para su espiritualidad, y considerando su amor infinito a los hombres, quiso imitarlo haciendo la regla de su vida la caridad.
El nuevo Santo fundó las Religiosas Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, denominación que recoge sus dos grandes amores, que expresan en la Iglesia el espíritu y el carisma del nuevo santo. Queridas hijas de San José María de Yermo y Parres: vivid con generosidad la rica herencia de vuestro fundador, empezando por la comunión fraterna en comunidad y prolongándoda después en el amor misericordioso al hermano, con humildad, sencillez y eficacia, y, por encima de todo, en perfecta unión con Dios.
5. "Permaneced en mí y yo en vosotros [...] El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada" (Jn 15, 4.5). En el evangelio que hemos escuchado, Jesús nos ha exhortado a permanecer en Él, para unir consigo a todos los hombres. Esta invitación exige llevar a cabo nuestro compromiso bautismal, vivir en su amor, inspirarse en su Palabra, alimentarse con la Eucaristía, recibir su perdón y, cuando sea el caso, llevar con Él la cruz. La separación de Dios es la tragedia más grande que el hombre puede vivir. La savia que llega al sarmiento lo hace crecer; la gracia que nos viene por Cristo nos hace adultos y maduros a fin de que demos frutos de vida eterna.
Santa María de Jesús Sacramentado Venegas, primera mexicana canonizada, supo permanecer unida a Cristo en su larga existencia terrena y por eso dio frutos abundantes de vida eterna. Su espiritualidad se caracterizó por una singular piedad eucarística, pues es claro que un camino excelente para la unión con el Señor es buscarlo, adorarlo, amarlo en el santísimo misterio de su presencia real en el Sacramento del Altar.
Quiso prolongar su obra con la fundación de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, que siguen hoy en la Iglesia su carisma de la caridad con los pobres y enfermos. En efecto, el amor de Dios es universal, quiere llegar a todos los hombres y por eso la nueva Santa comprendió que su deber era difundirlo, prodigándose en atenciones con todos hasta el fin de sus días, incluso cuando la energía física declinaba y las duras pruebas que pasó a lo largo de su existencia habían mermado sus fuerzas. Fidelísima en la observancia de las constituciones, respetuosa con los obispos y sacerdotes, solícita con los seminaristas, Santa María de Jesús Sacramentado es un elocuente testimonio de consagración absoluta al servicio de Dios y de la humanidad doliente.
6. Esta solemne celebración nos recuerda que la fe comporta una relación profunda con el Señor. Los nuevos santos nos enseñan que los verdaderos seguidores y discípulos de Jesús son aquellos que cumplen la voluntad de Dios y que están unidos a Él mediante la fe y la gracia.
Escuchar la Palabra de Dios, armonizar la propia existencia, dando el primer espacio a Cristo, hace que la vida del ser humano se configure a Él. "Permaneced en mí y yo en vosotros", sigue siendo la invitación de Jesús que debe resonar continuamente en cada uno de nosotros y en nuestro ambiente. San Pablo, acogiendo este mismo llamado pudo exclamar: "vivo yo, pero no soy yo; es Cristo quien vive en mí" (Gal 2,20). Que la Palabra de Dios proclamada en esta liturgia haga que nuestra vida sea auténtica permaneciendo existencialmente unidos al Señor, amando no sólo de palabra sino con obras y de verdad (cf. 1 Jn 3,18). Así nuestra vida será realmente "por Cristo, con Él y en Él".
Estamos viviendo el Gran Jubileo del Año 2000. Entre sus objetivos está el de "suscitar en cada fiel un verdadero anhelo de santidad" (Tertio millennio adveniente, 42). Que el ejemplo de estos nuevos Santos, don de la Iglesia en México a la Iglesia universal, mueva a todos los fieles, con todos los medios a su alcance y sobre todo con la ayuda de la gracia de Dios, a buscar con valentía y decisión la santidad.
Que la Virgen de Guadalupe, invocada por los mártires en el momento supremo de su entrega, y a la que San José María de Yermo y Santa María de Jesús Sacramentado Venegas profesaron tan tierna devoción, acompañe con su materna protección los buenos propósitos de quienes honran hoy a los nuevos Santos y ayude a los que siguen sus ejemplos, guíe y proteja también a la Iglesia para que, con su acción evangelizadora y el testimonio cristiano de todos sus hijos, ilumine el camino de la humanidad en el tercer milenio. Amen.
  

SANTA MARÍA MAGDALENA

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Subiste al Calvario
Hechizada de amor
Subiste al Calvario
Llena de dolor.

María magdalena
Qué gran lección
Acompañaste a la Madre
En la prueba mayor.

En bebida en tu dolor
No conociste al señor
Cuan grande fue tu amor
Que todo te lo perdono.

Intercede por este pobre pecador
Que sabe que ha pecado y pide perdón
Jesús lo que le pidas no te lo va a negar
Eres el consuelo a nuestra pobre humanidad.


 Autora: Mercedes Ramos.



María Magdalena en la Biblia
¿Dónde se encuentra María Magdalena en la Biblia?


María Magdalena aparece mencionada en todos los evangelios de la Biblia. Es mencionada por nombre, sin alusión a una relación matrimonial o de familia, y está presente en todas los momentos más importantes de la vida de Jesús: durante su ministerio y periodo de hacer milagros, y durante la Crucifixión, su entierro y la Resurrección. María Magdalena es tanto la receptora como la testigo de los milagros de Jesús.
El milagro de la sanación de María Magdalena
El milagro de la sanación de María Magdalena por Jesús aparece en los pasajes bíblicos de Lucas 8:2 y Marcos 16:9.
En Lucas 8:2, Jesús ejerce su ministerio y va por campos y pueblos predicando su mensaje. Va seguido de los apóstoles y de un grupo de mujeres a quienes había sanado de espíritus malignos. Este pasaje menciona que "María, llamada Magdalena" era una de ellas. Había sido liberada por Jesús de siete demonios.
El pasaje de Marcos repite esta información, y se piensa que una parte del pasaje fue añadida más tarde.
El pasaje de Lucas no menciona en ningún lugar que María Magdalena fuera prostituta o pecadora. La investigadora Cynthia Bourgeault, en su libro The Meaning of Mary Magdalene (El significado de María Magdalena) hace notar que el pasaje de Lucas también es importante para entender quién fue María Magdalena porque identifica a las mujeres como seguidoras, lo que las convierte en discípulas al mismo nivel que los hombres. Jesús no excluyó a las mujeres de su ministerio, sino que las incluyó como miembros completos de su grupo.
Al ser liberada de siete demonios, María Magdalena vivió en carne propia el milagro de sanación que ofrecía Jesús a los que tenían fe. Este milagro la transformó de tal manera que la convirtió en la testigo que lo acompañó hasta después de la muerte. María Magdalena en la Biblia es el ejemplo del poder de conversión del corazón humano.
María Magdalena como testigo de la Crucifixión
Todos los evangelios mencionan a las mujeres y seguidores de Jesús como testigos de la Crucifixión. Mateo 27:55-56 y Marcos 15:40 la mencionan por nombre, mientras que Lucas 23:49 menciona que las mujeres observaban desde la distancia. En pasajes anteriores incluía a María Magdalena entre ese grupo de mujeres. Sin embargo, Juan 19:25 pone a María Magdalena junto María, la madre de Jesús, y María, la esposa de Cleofas, al pie de la cruz.Esta es la imagen que la mayoría de las personas recrean cuando piensan en la Crucifixión de Jesús, con María Magdalena de pelo largo suelto, rojo o rubio, llorando a los pies del Maestro.
María Magdalena y la tumba de Jesús
Los pasajes de Mateo 27:61, Marcos 15:47 y Lucas 23:55-56 mencionan o implican a María Magdalena como presente en el momento en que José de Arimatea lleva el cuerpo de Jesús a la tumba. En el pasaje de Lucas, las mujeres se van a preparar los ungüentos con que embalsamarán el cuerpo. Pero en el pasaje de Mateo dice "Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro". María Magdalena se mantiene presente por un tiempo indefinido, velando el cuerpo de Jesús aún después de que todo el mundo se va.
María Magdalena en la Biblia: "Apóstol de Apóstoles"
María Magdalena es la primera testigo del milagro de la Resurrección, lo que la convierte en Apóstol de Apóstoles, la persona que Jesús escoge para llevar el mensaje de su regreso a la vida. Todos los evangelios la mencionan en este importante momento:
Mateo 28:1-10
Marcos 16:1-11
Lucas 24:1-11
Juan 20:1-18
En algunos de estos pasajes, María Magdalena llega a la tumba acompañada de otras mujeres. Su papel es siempre el de testigo y mensajera de la noticia de la Resurrección a los demás apóstoles.
En Juan 20:1-18 su papel es más dramático. Llorando en la tumba cuando ya Pedro y el otro apóstol se han ido, tiene un encuentro con Jesús a solas. Él le encomienda llevar la noticia a los demás. Que no le creen.
Al menos en los evangelios de la Biblia, el trabajo de María Magdalena como testigo de la pasión, crucifixión y resurrección de Jesucristo está completo. Este encuentro la convierte en la primera persona en reconocer la presencia gloriosa de su rabboni, y en la primera en anunciarlo públicamente al mundo. Ella es la testigo principal del gran milagro de la Resurrección.
Con el tiempo, la Biblia fue interpretada de diversas maneras, que convirtieron a María Magdalena en prostituta uniendo varias "Marías" en una sola. Hoy en día se le reconoce como apóstol, esposa de Jesucristo, santa, inspiradora de su propio evangelio y la representante secreta de la Diosa en el cristianismo. Su recuerdo sobrevive y su importancia para el corazón humano se revela cada día más.
 

SAN LEOPOLDO DE CASTELNOVO

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Leopoldo de Castelnovo (Adeodato Mandic), Santo 
Capuchino, 30 de julio Apóstol de la Confesión
Martirologio Romano En Pavía, ciudad de Italia, san Leopoldo (Bogdan) de Castelnuovo Mandic, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que ardió de celo por la unidad de los cristianos y gastó toda su vida trabajando para la reconciliación de los mismos (1942).

El P. Leopoldo, llamado en el siglo Adeodato Mandic, nació en Castelnovo de Càttaro o Herceg-Novi (Croacia) el 12 de mayo de 1866, siendo el penúltimo de doce hijos. Todavía joven, se sintió llamado por Dios a trabajar por la unidad de los Ortodoxos a la Iglesia católica. Para ello, se trasladó a la región de Venecia y, a la edad de 16 años, ingresó en el noviciado capuchino de Udine (Italia), con la ilusión de ir más tarde a Oriente como misionero.

Ordenado de sacerdote en 1890, pidió a los superiores permiso para marchar a misiones, pero nunca se lo concedieron, entre otras razones, por su frágil constitución física y su delicado estado de salud, así como un pequeño defecto de pronunciación que le hacía penosa la predicación. No obstante, supo buscar la realización de su ideal allá donde le enviaba la obediencia. Se dedicó a las diversas tareas que le encomendaron los superiores, hasta centrarse en el ministerio de la confesión.

Durante cuarenta años, y hasta la víspera de su muerte, estuvo siempre dispuesto a acoger, escuchar, consolar y reconciliar a innumerables penitentes en una pequeña habitación aneja al convento de los Capuchinos en Padua. Murió, a la edad de 76 años, el 30 de julio de 1942: mientras se preparaba para celebrar la misa, le dio un ataque cerebral que le causó poco después la muerte, mientras sus hermanos cantaban la Salve a la Virgen. 

Pablo VI lo beatificó el 2 de mayo de 1976, y Juan Pablo II lo canonizó el 16 de octubre de 1983, dentro del Año Santo de la Reconciliación y precisamente durante la VI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tenía como tema central «La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia».

NOVENA A SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS

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ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Santa Teresita! Vengo a tus plantas lleno de confianza a pedirte favores. La cruz de la vida me pesa mucho, y no encuentro más que espinas entre sus brazos. ¡Florecita de Jesús! envía sobre mi alma una lluvia de flores de gracia y de virtud para que pueda subir el Calvario de la vida embriagado en sus perfumes. Mándame una sonrisa de tus labios de cielo y una mirada de tus hermosos ojos... Que valen más tus caricias que todas las alegrías que el mundo encierra. ¡Dios mío! Por intercesión de Santa Teresita dadme fuerza para cumplir exactamente con mi deber, y concededme la gracia que en esta novena le pido. Amén.

Rezar a continuación la oración del día que corresponda:
DÍAS
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Jaculatoria. ¡Oh santita sin igual! Enséñanos el "caminito" de tu infancia espiritual.
Oración. ¡Gloriosa santita mía! Espero confiadamente me alcanzarás de Dios la gracia especial que en esta novena te pido. Yo en cambio, prometo imitar, con todas mis fuerzas, tus heroicos ejemplos, y apropiarme de las páginas de tu vida encantadora para que tenga la dicha de gozar de Dios en tu compañía en la patria de los santos. En tanto, quiero, cual tu, oh Florecita de Jesús, "deshojar" en la tierra las flores de mis caricias a los pies del Amor de los Amores y cantar a lo divino tus encantadoras armonías:

"Por solo tus amores,
Jesús mi bien amado,
En ti mi vida puse,
mi gloria y porvenir;
Y ya que para el mundo
soy una flor marchita,
No tengo más anhelo
que amándote, morir…"

DÍA PRIMERO [Ir al principio de esta página]

Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquel volcán de amores que inflamó tu corazón, cuyos divinos ardimientos fueron el dulce martirio que consumió tu vida "con ansias de amores inflamada", haz que también yo, ¡oh santa Teresita! a solo Dios entregue totalmente mi corazón con todas sus esperanzas y con todos sus ensueños, para que le transforme y le resucite y le salve. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.

__________

DÍA SEGUNDO [Ir al principio de esta página]

Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por los perfumes de santidad que exhalaste durante tu vida, escondida cual humilde violeta en el jardín del Carmelo, haz que pueda también mi alma, libre de los malos olores del pecado, agradar a Dios con el suave olor de las virtudes cristianas. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.

__________

DÍA TERCERO [Ir al principio de esta página]

Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por los pasos de inocencia y de candor que diste en la florida senda de tu caminito, que fue camino de infancia espiritual, haz que los pasos de mi vida no corran por los derroteros de la perdición; sino que, pasito a paso, suba la senda -cuesta arriba- que conduce a la gloria. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.

__________

DÍA CUARTO [Ir al principio de esta página]

Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por la celestial pureza que adornó tu corazón cual los lirios a los valles y la "nieve" a las alturas alcánzame, azucena del Carmelo, la pureza en pensamientos, palabras y obras. Defiéndeme en la tentación, y cubre con las azucenas de tu pureza la fealdad de éste pobre corazón mío inquieto y apasionado. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.

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DÍA QUINTO [Ir al principio de esta página]

Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por el empeño grande que pusiste en "pasar por la Tierra haciendo bien", y en esparcir en los corazones el amor y la esperanza, haz que también yo pase mi vida sembrando bondades para recibir allá arriba el galardón seguro del ciento por uno con la vida perdurable y feliz. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.

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DÍA SEXTO [Ir al principio de esta página]

Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquella continua tendencia de "empequeñecerse" que fue el tema de tu santa vida, haz sepa también yo ser un "alma tan pequeñita" que encuentre la verdadera grandeza en los brazos del sacrificio y de la Cruz; y aprenda a ser grande en lo pequeño y amar la humildad... la "pequeñez", para entrar más fácilmente por las puertas de la gloria al gozo eterno. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.

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DÍA SÉPTIMO [Ir al principio de esta página]

Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquel martirio tan continuado que sufrió tu espíritu en la incesante negación de la naturaleza, haz que aprenda a negar mis caprichos y veleidades y a pagar, cual tú, los desprecios del prójimo con una sonrisa heroica y celestial. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.

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DÍA OCTAVO [Ir al principio de esta página]

Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por la paciencia admirable con que supiste disimular y sufrir las enfermedades que en la Cruz te pusieron, ¡oh! que pueda yo también, santita mía, llevar si no con alegría, a lo menos en conformidad con la voluntad de Dios los achaques y miserias de este cuerpo de barro para que un día resulte embellecido en la gloria. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.

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DÍA NOVENO [Ir al principio de esta página]

Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por el heroico valor con que apuraste el cáliz hasta las "heces" en el trance amargo de tu agonía; y por la dulce calma con que esperaste la fría llamada de la muerte, pueda yo también cerrar los ojos a esta vida mortal repitiendo las hermosas palabras que al morir pronunciaste: "Oh... ¡Le amo!.. . ¡Dios mío... os...amo!". Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.




VIDA DE SANTA CECILIA MARTIR

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Santa Cecilia, patrona de la Música, con recursos audiovisuales

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Santa Cecilia, patrona de la Música, con recursos audiovisuales
Una de las santas más conocidas y veneradas a lo largo de la historia cristiana ha sido Cecilia de Roma. Universalmente reconocida como patrona de la música, esta mártir primitiva ya tenía una amplia veneración y reconocimiento por parte de la comunidad cristiana en el siglo IV de nuestra era, y posteriormente se la ha conmemorado tanto en Oriente como en Occidente. Su nombre también es de los que figuran entre las santas mujeres mártires conmemoradas en el Canon de la Misa. Pero, ¿sabemos realmente quién fue esta mártir tan reverenciada?
Su nombre y su vida
Comencemos por el nombre, que es romano de origen(Caecilia) y significa "ciega". Lo más probable es que fuera un nombre común entre las mujeres de su gens, quizá por alguna antepasada (o antepasado) que fue ciego. Era tradición en las altas familias romanas mantener un nombre o un apodo a modo de nombre a lo largo de generaciones. Existen muchos Cecilias y Cecilios en la historia antigua romana, por lo que el origen del nombre está fuera de discusión. La etimología del nombre que da Jacopo della Voragine en la Leyenda Áurea, según la cual Cecilia provendría de "Coeli Lilia" (lirio del cielo), me parece errónea e interesada; y además no sería la primera vez que este autor incurre en errores graves de etimología.
Felizmente, no existe ninguna duda acerca de su existencia histórica, pero no está nada claro cuándo vivió y sufrió el martirio. Así pues, partiendo de que no se conoce la fecha exacta de su martirio, a ello hay que añadir que su passio, legendaria y sin la menor credibilidad histórica, fue redactada después del marco propuesto para su muerte –entre los siglos I y IV-; como suele suceder en la mayoría de casos. ¿Qué nos dice esta passio sobre ella?
Cecilia era hija de una noble familia romana (la gens Metela) que había sido educada cristianamente, pero a la que prometieron, en contra de sus deseos, a un joven noble romano llamado Valeriano, cuando en realidad ella ya le había consagrado su virginidad a Cristo (el mismo papa Urbano le había impuesto el velo de las vírgenes). El día de su boda, en medio de la algarabía de músicos y bailarines, ella cantaba a Dios en su corazón rogándole que la mantuviera pura. Cuando estuvo sola con su marido le anunció que tenía un ángel guardando su virginidad y que no podía tocarla. Como Valeriano quisiera ver ese ángel, Cecilia lo mandó al tercer miliario de la Via Appia, donde las catacumbas, y fue convertido y bautizado por Urbano. Regresando a donde Cecilia, vio al ángel y se comprometió a respetar la pureza de su esposa, fueron ambos coronados de lirios por el ser celestial, y llegando luego a su presencia Tiburcio, hermano de Valeriano, fue también convertido y bautizado. Como se dedicaran los dos hermanos a realizar buenas obras y a sepultar mártires cristianos, fueron denunciados ante Almaquio, prefecto de Roma, y después de interrogados y juzgados, decapitados en el Pago Triopius (a 6 km de Roma). Con ellos se convirtió y fue también martirizado un tal Máximo. Cecilia los sepultó a los tres en un sepulcro nuevo grabado con un ave fénix (símbolo pagano de la resurrección) en el cementerio de Pretextato; y luego distribuyó los bienes de su marido entre los pobres antes de que el prefecto, como era costumbre, se los incautara. Cecilia fue luego arrestada y condenada a morir asfixiada en los vapores del baño de su casa –otras versiones la ponen escaldada viva en una olla de agua hirviente, algo impensable en una mujer de su alcurnia- pero al salir ilesa, trataron de decapitarla. Tras tres golpes de espada la cabeza no se desprendía, por lo que agonizó durante tres días, y a la llegada de Urbano, le legó su casa para que la hiciese iglesia y murió, mostrando tres dedos de una mano y una de la otra (esto se ha interpretado, bien como que Cecilia quería referirse a la Santísima Trinidad, "Un solo Dios verdadero y tres personas"; o bien que quería referirse a que había vivido tres días de un solo martirio). Urbano la hizo enterrar en el cementerio de Calixto, junto a la cripta de los Papas.
Hasta aquí la passio, que no merece credibilidad por su escaso rigor histórico. ¿Por qué? Tengamos en cuenta que Cecilia no es mencionada en la Depositio Martyrum del siglo IV. No la mencionan ni los poemas de San Dámaso, ni los de Prudencio. Tampoco hablan de ella ni San Jerónimo, ni San Agustín, y ni siquiera aparece en el calendario de la Iglesia de Cartago. Y no han llegado hasta nosotros las verdaderas Actas de su martirio. Todo lo que tenemos es esta passio, escrita en el siglo V, por un escritor anónimo, y que no está fundada en documentos antiguos. Tan sólo unos escasos datos podrían tener cierta verosimilitud. Pero veamos lo que dicen los expertos acerca de este tema. Erbes dice que el autor se inspiró en la Historia persecutionis vandalicae de Victor de Vita y que es anterior, concretamente del siglo IV. En este libro, hay una historia similar a la de la passio de Cecilia. También tiene episodios copiados de otras dos obras: el Apologético de Tertuliano y el Tractatus de Trinitate de San Agustín. En resumen: la historia que todos conocemos sobre Santa Cecilia es un compendio de relatos ficticios con intención devota. No merecen credibilidad.
Sobre cuándo pudo haberse ubicado el martirio de Cecilia, los autores proponen un auténtico baile de fechas en los que no entraré por no cansar al lector con nombres y cifras. Digamos simplemente que hay muchos autores con diferentes propuestas y que el marco establecido ronda entre el año 177 (s. I) y la mitad del siglo IV... vamos, un margen de muy escasa precisión, que coge prácticamente todas las persecuciones cristianas habidas. ¿Y qué hay del día del martirio? La passio nada dice al respecto, pero la mayoría de fuentes hagiográficas lo ubican el 22 de noviembre, fecha en que actualmente la celebramos.
Hoy lo dejaremos aquí para no cansaros, pero seguiremos hablando sobre su culto y sus reliquias, y en un tercer artículo, sobre la cuestión de su patronazgo sobre la música, que tiene mucho intríngulis. Sólo dos cuestiones fundamentales a remarcar: es una mártir real, auténtica, una persona histórica, que existió de verdad. Sin embargo, no se sabe absolutamente nada de su vida y tampoco cuándo vivió.
¿Cómo han llegado las reliquias de la Santa a nosotros?
El relato lo tenemos en la biografía de San Pascual I (817-824), donde leemos que, en el año 821, "estando haciendo reformas en la iglesia de la mártir, se le apareció en sueños una joven de aspecto angelical que se identificó como Cecilia, sierva de Cristo. Estando obsesionado el pontífice con que el rey longobardo Astolfo lo había sustraído [el cuerpo de ella] en el año 756, Cecilia le dice que eso no es cierto y le invita a que busque sus reliquias y las coloque en la iglesia que San Pascual estaba reconstruyendo. El papa las encuentra en el cementerio de Pretextato, no en el de Calixto y las traslada junto con las de Valeriano, Tiburcio y Máximo a la iglesia".Esta iglesia es la actual Santa Cecilia In Trastevere, donde podemos aún hoy venerar sus restos.
Pero he aquí otro error de la passio: ella no estaba sepultada en el cementerio de Calixto, sino en el de Pretextato. Duchesne arregla el asunto diciendo que previamente al papa Pascual I se había llevado a Cecilia junto al cuerpo de su esposo y de su cuñado, pero, ¿es esto realmente así?
En cualquier caso, Pascual I dispuso que el cuerpo de la mártir fuese colocado dentro de un ataúd de madera de ciprés y éste dentro de un sarcófago de mármol. En otro dispuso que fueran colocados Valeriano, Tiburcio y Máximo; y en un tercero a los también mártires Urbano y Lucio, que también habían ido a parar allí. Estos tres sarcófagos se encuentran actualmente en la confessio, en la cripta bajo el altar mayor de esta iglesia, donde podemos venerarlos (y no, como comúnmente se suele creer, donde está la imagen yacente de mármol esculpida por Stefano Maderna, que es simplemente eso: una estatua). La cabeza de Cecilia, sin embargo, no está ahí: fue colocada en un cofre de plata, que en tiempos de San León IV fue llevada a la Basílica de los Cuatro Santos Coronados.
El reconocimiento de estas reliquias se llevó a cabo el 19 de octubre de 1599, bajo supervisión del cardenal Sfondrati, que extrajo los sarcófagos de debajo el altar mayor. Ella estaba incorrupta, y no acostada, sino recostada del lado derecho y con las piernas encogidas, como si estuviese durmiendo. Así lo dice literalmente el acta de reconocimiento: "Visebaturque non ut assolet in sepulchro resupinum positum corpus, sed ut in lecto iacens, supra dexterum cubare latus, et contractis nonnisi ad modestiam genibus, ut durmientes imaginem redderet potius quam defunctae". Este hallazgo del cuerpo en estas condiciones probablemente inspiró la decisión de no tocarla en absoluto: no se extrajeron reliquias de ella, ni un fragmento. Por lo tanto, todos los relicarios sueltos que haya por la cristiandad y que se atribuyan a ella, con la excepción de la cabeza, son evidentemente falsos.
En el año 1600 Antonio Bosio reeditó la famosa passio, dedicándola a Sfondrati y añadiendo el episodio del reconocimiento de las reliquias. Pero en el mismo año del reconocimiento, acabado éste, fueron puestas a veneración pública las reliquias de la Santa hasta el día 22 de noviembre de 1599, con la ocasión de la festividad, momento en que fueron devueltas a la cripta, hasta día de hoy. Ante ellas pasaron media Roma, más de cuarenta cardenales (San Roberto Belarmino, entre ellos) el futuro León XI y el futuro Pablo V. Ahí fue cuando la vio el escultor barroco Stefano Maderno, y tomando el modelo, esculpió la imagen yacente de mármol que de sobra conocemos.
Tocado el tema de las reliquias y del lugar donde actualmente han quedado –la cripta de Santa Cecilia In Trastevere- conviene hablar también de la que fue su segunda tumba en las catacumbas de Calixto. Su descubrimiento lo menciona De Rossi en su segundo tomo de la obra "Roma Soterranea" (año 1854). Como decíamos, estaba en la cripta de los papas del cementerio de Calixto. Había una inscripción en negro, en forma de libro, que rezaba: "Decori sepulchri S. Conciliar martyris......" sobre unos ladrillos decorados en amarillo y negro con una inscripción en griego que rezaba: "Señor, ayuda a tu siervo Juan. Amén". Vamos, lo que viene siendo un típico graffiti de peregrino que llega al sitio y quiere dejar constancia de su visita, lo mismo que hacen hoy en día turistas y viajeros. Otros graffitis de sacerdotes fueron hallados junto a éste: de Prando, Benedicto, Sergio, Crescencio, Esteban, León, Lupo, Bonifacio... vamos, que era un lugar bastante frecuentado.
De Rossi argumenta que tales grafitos podrían datar de época de San Pascual I, es posible que sean anteriores porque entonces el cuerpo de la mártir no estaba aún allí, en el cementerio de Calixto, sino que el Papa lo halló en el de Pretextato como va dicho. En lo alto del lucernario de la cripta de los papas y de Santa Cecilia en el dicho cementerio de Calixto estaba pintada la Santa, de aspecto juvenil y en actitud orante, también una cruz y dos ovejas.
¿Por qué es patrona de la Música?
Es universalmente reconocida como patrona de los músicos y ningún Santo posterior le ha arrebatado este papel en la cultura y devoción cristianas, ni siquiera aquellos que sí fueron músicos en su vida terrenal, o protegieron la música mediante el mecenazgo. ¿Por qué? Vamos a verlo.
Por sorprendente que nos parezca a los que estamos acostumbrados a asociarla a la música, hasta pasada la Edad Media realmente no tuvo nada que ver con tal. De hecho, durante la Edad Media, el patrón de los músicos fue San Juan Bautista (!!). Esto se debe, en primer lugar, porque a su nacimiento su padre Zacarías entonó el Benedictus, y éste acabó por convertirse en el himno oficial de laudes que se cantaba diariamente por las mañanas en las comunidades monásticas. Y en segundo lugar porque algo tendrá que ver eso de "Oíd la voz que clama en el desierto..." y buena voz debió tener el Precursor para predicar en esas zonas tan yermas y abiertas, donde la voz la engulle el viento. Aunque en principio ni una cosa ni otra tengan mucho que ver con el canto en sí (en todo caso, ¿no debió ser Zacarías, y no Juan, el escogido como protector de los músicos?). Sin embargo a partir del Renacimiento es Cecilia, la mártir romana, quien reemplaza al Bautista en esta función de protectora de los músicos.
No fue un cambio brusco, de la noche a la mañana. En Historia las cosas jamás son así. Ya en muchos manuscritos medievales iluminados, así como en tablas góticas, Cecilia empezó a ser representada con un atributo que nos recuerda claramente al canto y a la música: una ave canora, esto es, un pajarito de especie indefinida, posado en sus dedos, que sin duda alude a esas especies de aves que tienen una gran capacidad de canto y entonación para atraer a las hembras. Son los primeros indicios que luego se convertirán en atributos más sonantes en este sentido: los instrumentos musicales. Pero incluso célebres artistas góticos como Cimabue y el Beato Angélico la representaron únicamente con la palma del martirio. Nada musical había aún en ella.
Pero antes de seguir con la iconografía, la pregunta esencial: ¿por qué una antigua mártir romana que jamás había tenido nada que ver con la música, de repente empieza a aparecer con atributos musicales? Como era de esperar, esto es a causa de una interpretación errónea de un pasaje de su –ya de por sí- inventada passio. Concretamente el pasaje "cantantibus organis illa in corde suo decantabat" (que se traduce como "mientras sonaban los instrumentos, ella cantaba a Dios en su corazón"). Se refiere al pasaje que menciona su boda con Valeriano y comenta que mientras sonaban los instrumentos y la algarabía de los músicos y bailarines en el salón del banquete, ella interiormente le rogaba a Dios que la preservara virgen en su noche de bodas. Esto se ha quedado anclado en el oficio divino dedicado a la Santa el día de su fiesta, donde el himno de maitines ("in corde suo soli Domino decantabat") y en laudes y vísperas, donde una antífona reza:"Cantantibus organis, Concilia Domino decantabat dicens: Fiat cor deum inmaculatum ut non confundar"("cantaba diciendo, Dios, haz mi corazón inmaculado para que no sea confundida").
A partir de esta interpretación, que data del siglo XV, empezó a creerse que Cecilia era músico o cantora, cuando sabemos que en la Antigüedad, y especialmente en la sociedad romana, a las mujeres de alta alcurnia no se les permitía aprender música ni canto; y no por machismo, sino porque el canto y la música eran consideradas actividades libertinas, de baja estofa, propias de gentuza y de esclavos, y por tanto indignas de una matrona romana. Pero, ¿es que fue Cecilia una matrona romana? ¡Eso si aceptamos la passio! Y como ya vimos, es inventada, por lo que ni podemos afirmar ni negar nada. No sabemos nada de ella.
Pero dejando aparte estas divagaciones, aún queda ver cómo posteriores interpretaciones, todavía peores que esta primera, propias del desvirtuamiento del latín clásico, llegaron a traducir este pasaje como "y mientras sonaba el órgano, ella cantaba a Dios...". "Organis" traducido como "órgano", ¡un instrumento musical que no existió hasta la época barroca, y por tanto, mucho menos existía en la Antigüedad! Y hete aquí que Cecilia empezó a aparecer, no ya oyendo sonar el órgano, sino tocándolo ella misma... un instrumento inexistente en su época, una actividad indigna de su supuesto estatus. El colmo de los despropósitos.
Posteriormente, en el arte ya tardío, manierista y neoclásico, se ha querido arreglar este desastre poniéndola como cantora, o dándole instrumentos más propios de la época, como arpas o liras; pero lo cierto es que siguen siendo instrumentos musicales que sólo se hubiera permitido manejar a una esclava. Por último, hay quien propone que quizá organis hiciera referencia a los instrumentos, no de música, sino de tortura ("y mientras la torturaban, ella cantaba al Señor en su corazón"); lo cual es bellísimo, pero igualmente ridículo: a una matrona de su alcurnia jamás se la hubiera sometido a tortura, pues la ciudadanía romana la preservaba de ello. Vuelvo a insistir: eso si aceptamos la passio, que no es aceptable.
Es por esto que desde la mitad del siglo XVI, especialmente en Francia, todos los músicos la festejan como patrona, hasta día de hoy, el 22 de noviembre. Pero como hemos visto, es más que probable que ella jamás tuviese nada que ver con la música o el canto, ya que todas las interpretaciones posteriores que se lo atribuyen son tardías y basadas en un error de lectura de una passio que ya es legendaria en sí misma. Mientras tanto, nuestra pobre Cecilia sigue cargando con instrumentos de música allá donde va, y si no fuera por esto, quién sabe si haría tiempo que hubiera sido olvidada como tantas otras. Bienvenido sea, pues, tal error, y sigan invocándola los músicos y cantores, para que su memoria no se pierda.
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Otras recursos biográficos en la red
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Recursos audiovisuales
Santa Cecicila, presentación de Natalia Castro Yuste

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Santa Cecilia, patrona de la Música, por Encarni Llamas, en DiocesisTV
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Santa Cecilia, su vida
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La vida de Santa Cecilia, por Camila Beiner
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Vida de Santa Ceciclia en dibujos animados
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Vida de Santa Ceciclia, por la Banda Militar de las Fuerzas Aéreas de Perú
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SANTA EULALIA MARTIR

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SANTA EULALIA MARTIR

Eulalia, era una joven cristiana, de apenas doce años, que, aleccionada por el ejemplo de los mártires, se enciende en deseos de dar su sangre por Cristo. Habiéndose proclamado por orden de Daciano, el cruel prefecto de Diocleciano, en el 304, un decreto obligando a la adoración de los dioses paganos, sus padres la retiran (al campo o a una torre, según distintas versiones), pero ella escapa y va a la ciudad de Mérida, se presenta ante el juez y da allí un testimonio público en favor de los cristianos; lo que le provoca ser torturada y martirizada.

HIMNO
Gloria, honor a la Mártirde Cristo
que en la arena luchando valiente,
esmaltó con su sangre inocente
de pureza el virgíneo cendal:
Y hoy ostenta vibrante la palma
que en el cielo su triunfo pregona,
mientras Cristo su frente corona
con la gloria del lauro inmortal.

Pura azucena, morado lirio,
rosa fragante, flor de martirio;
flor que embalsamas de auras de cielo
nuestros hogares: Cuando tu vuelo
como paloma posaste aquí,
tú ser quisiste, desde ese día,
amparo de siempre, consuelo y guía
del que en sus penas se acoge aquí.

Tú nos bendices desde la altura
donde en tu Iglesia, radiante y pura
luce tu imagen como la aurora,
mirando a un pueblo que canta y ora,
e implora siempre tu protección;
Que allí tu trono quiso fijar Dios quiso
como trasunto del paraíso,
como promesa de bendición.

Mártir de Cristo, Virgen sagrada,
a quien Dios hizo nuestra abogada;
por ti alentados, la vida entera
seguir queremos nuestra carrera
bajo tu sombra y en tu loor,
cantar fervientes himnos de gloria,
como trofeo de tu victoria,
como tributo de nuestro amor.

ORACIÓN
Oh Dios, fuente de todos los bienes, que para llevarnos a la confesión de tu nombre te has servido incluso del martirio de los niños, haz que tu Iglesia, alentada por el ejemplo de Santa Eulalia de Mérida, virgen y mártir, no tema sufrir por ti y desee ardientemente la gloria del premio eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén 

SANTA ZITA 27 DE ABRIL

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El 27 de abril es la fiesta de Santa Zita, patrona de las empleadas del hogar. Ella era de condición muy humilde y desde pequeña tuvo que trabajar como sirvienta para mantener a su Familia. Sufrió muchas burlas, pero su amor a los pobres hizo que hasta los ángeles le ayudaran en los quehaceres de la casa.
Santa Zita nació cerca de Lucca (Italia) en 1218 y sirvió desde los doce años de edad y por 48 años a una familia muy adinerada.
Como se preocupaba mucho por los más desfavorecidos, cierto día fue a ayudar a un necesitado, dejando por un momento su trabajo en la cocina. Los otros sirvientes se lo dijeron a la familia, que fue a la cocina a investigar y encontró a los ángeles haciendo el trabajo de la santa.
De esta manera se le permitió más libertad para servir a los pobres, pero no por ello cesaron los ataques y burlas de los otros sirvientes.
Por aquella época, una hambruna golpeó la ciudad y Santa Zita repartió hasta su propia comida con los pobres. La necesidad de los más desfavorecidos llegó a tal punto que la Santatuvo que repartir las reservas de granos de la familia. Cuando los patrones fueron a ver, se dieron con la sorpresa de que la despensa estaba milagrosamente llena.
En víspera de Navidad Zita se encontró con un hombre que temblaba de frío en la entrada de la Iglesia de San Fredaino. La Santale dio un manto costoso de la familia para que se abrigara y le pidió que lo devolviera al terminar  la Misa pero el hombre desapareció.
Su patrón montó en cólera al siguiente día contra Zita, pero un anciano desconocido en el pueblo llegó y devolvió el manto. Los ciudadanos interpretaron que este necesitado había sido un ángel y desde aquel momento la puerta de San Fredaino fue llamado “El Portal del ángel”.
Santa Zita partió a la Casadel Padre el 27 de abril de 1278 y de inmediato su fama de santidad se expandió en todo el país e Inglaterra. Sus restos reposan en la capilla de Santa Zita de la Iglesia de San Frediano, en Lucca (Italia).


SAN BERNABÉ APÓSTOL

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REDACCIÓN CENTRAL, 11 Jun. 15 / 02:11 am (ACI).- El 11 de junio la Iglesiacelebra a San Bernabé, considerado Apóstol por los primeros Padres de la Iglesia y por San Lucas debido a la especial misión que el Espíritu Divino le confió.
Bernabé era apreciado por los Apóstoles por ser un “hombre bondadoso, lleno de Espíritu Santo y de mucha fe” (Hechos 11,24).
Su verdadero nombre era José, pero los Apóstoles se lo cambiaron por Bernabé, que según San Lucas significa “el que anima y entusiasma”, “el esforzado”. En los Hechos de los Apóstoles (Hech 4) se cuenta que vendió su finca y entregó lo recaudado a los Apóstoles para que sea distribuido entre los pobres.
Colaboró muy de cerca con San Pablo y sus prédicas convirtieron a muchos. Ambos estuvieron en Antioquía por un tiempo, lugar que se transformó en el centro de evangelización y donde por primera vez se llamó cristianos a los seguidores de Cristo.
Los fieles de esta ciudad los enviaron a Jerusalén con una colecta para los que pasaban hambre en Judea.
El Espíritu Santo les encomendó a los dos Apóstoles una misión por medio de los maestros y profetas que adoraban a Dios, recibieron la imposición de manos y partieron acompañados por un tiempo del Evangelista Marcos, primo de Bernabé, a predicar en varios lugares.
Después de recorrer diferentes ciudades, confirmar a los convertidos y ordenar presbíteros, regresaron a Antioquía y luego se realizó el Concilio de Jerusalén en el que se declara que los “gentiles” no tienen el deber de la circuncisión.
Para el segundo viaje misionero, Pablo con Silas y Bernabé con San Marcos toman rumbos diferentes. Más adelante los dos Apóstoles se volvieron a encontrar en las misiones de Corinto.
Se dice que Bernabé murió lapidado por unos judíos envidiosos de las conversiones que obtenía. Sus restos fueron sepultados cerca de Salamina y encontrados en el 488. El Apóstol tenía sobre su pecho el Evangelio de San Mateo, escrito de su propia mano. Posteriormente fue trasladado a Mancheras (Chipre).

HAN MATADO AL AMOR

SAN DÁMASO Pontífice Año 384

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SAN DÁMASO
Pontífice Año 384
Este Pontífice se hizo famoso por haber redactado y hecho grabar los epitafios o lápidas en los sepulcros de muchos mártires de las catacumbas de Roma.
Era de familia española. Fue secretario de los Pontífices Liberio y Félix, y al ser elegido Papa, en el año 366, tuvo que ejercer de "domador", porque tuvo que sofocar una sangrienta rebelión que en Roma se levantó contra él.
Secretario suyo fue San Jerónimo, a quien le encargó traducir la  Biblia al idioma popular. Su traducción se denominó Vulgata, que ha sido la Iglesia durante 15 siglos.
San Jerónimo dice de Dámaso: "era un hombre puro, que fue elegido para dirigir a una Iglesia que debe ser pura". Sus epitafios sobre las tumbas de los mártires en las catacumbas  se han conservado muy bien. Es la única noticia que guardamos de muchos santos, lo único que sabemos, es lo que Dámaso escribió sobre sus tumbas, por ejemplo de San Tarsicio, el mártir de la Eucaristía. Era excelente poeta.
San Dámaso redactó su propio epitafio así: "Yo, Dámaso, hubiera querido ser sepultado junto a las tumbas de los santos, pero tuve miedo de ofender su santo recuerdo. Espero que Jesucristo que resucitó a Lázaro, me resucite también a mí en el último día".
Desde muy joven, su lectura preferida fue la Biblia, y decía que el manjar más exquisito que había encontrado en toda su vida era la Palabra de Dios.
El introdujo la oración del "Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén".
Durante todo su pontificado se preocupó por obtener que los obispos de todas las naciones reconocieran al Pontífice de Roma como el obispo más importante del mundo.
A ochenta años murió el 11 de diciembre del año 384 y fue sepultado en la tumba que él mismo se había preparado humildemente, alejado de las tumbas de los santos famosos de Roma. Después construyeron sobre su sepulcro la basílica llamada San Dámaso.
Que San Dámaso y su secretario San Jerónimo nos consigan de Dios la gracia de amar, meditar y hacer amar y meditar mucho la Sagrada Escritura.
Jesús Martí Ballester

BEATA LAURA VICUÑA

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“Laurita Vicuña”, su vida a Dios, con tal de que la mamá abandone la vida en pecado.

Laura Vicuña fue una jovencita que se encontró con Jesús cuando era alumna de las Hijas de María Auxiliadora. Ella siendo niña  comprometió su vida hasta ofrecerla totalmente por el bien de su mama, a quien amaba mucho.
LAURA VICUÑA PINO, nació un 5 de abril de 1891, en Santiago de Chile, el 5 de abril de 1891 y murió en Argentina el 22 de enero de 1904, a la edad de sólo 13 años. El Papa Juan Pablo II la beatificó el 3 de septiembre de 1988.
Ella fue hija de don José Domingo Vicuña, quien pertenecía a una familia de cierto poder económico y por esa razón formaba parte de la auto-llamada clase alta chilena de la época, esto le hacía tener gran influencia política y alto nivel social. Sin embargo su madre,  Doña Mercedes del Pino era de una familia de escasos recursos y considerada por este motivo de clase baja. Esta diferencia social creada por los hombres de aquella época, hacía que no eran bien aceptados esto matrimonios que provenían de distintos sectores económicos o distintas clases sociales. Este absurdo,  mantenía en conflicto a la familia de Laurita, y en esa vida de tensión se desarrolló sus primeros años de infancia.
Chile sufría en aquel tiempo conflictos políticos por distintas  ambiciones de poder y tuvo una guerra civil que le provoco dificultades a las familias influyentes como la del padre de Laurita, entonces huyen de Santiago a 700 kilómetros al sur, región de la Araucana de Temuco. Ya por aquel tiempo tenía una hermana llamada Amanda. Don José, padre de Laura, abstraído en el desaliento y la desesperación muere. Laurita en ese instante es una pequeña de poco más de dos años.  En esta situación, su madre las lleva junto a su hermana a vivir a Argentina. En este país, doña mercedes abrumada y desolada por su situación, acepta convivir con un ganadero llamado Manuel Mora.
En 1900 Laura es internada en el colegio de las Hermanas Salesianas de María Auxiliadora en el colegio de Junín de los Andes  de Argentina. Allí, en clase de religión, su profesora comenta sobre el pecado en que viven las parejas de unión libre y sin matrimonio, y entiende que esta forma de vida no es agradable a Dios.
Laurita comprende entonces que su madre vive una situación grave al convivir con un hombre, esto le afecta mucho, ya que ama intensamente a su mama y le hace sufrir pensar en el  peligro de condenación eterna.
Laurita, ya es consciente del amor a Dios, entonces le ofrece su vida a fin de que su mamá abandone a ese hombre con el cual vive en pecado, esto se lo hace saber a su confesor, el Padre Crestanello, salesiano quien le explica: "Mira que eso es muy serio. Dios puede aceptarte tu propuesta y te puede llegar la muerte muy pronto". Sin embargo Laurita está resuelta a salvar el alma de la mamá a cualquier costo, y ofrece su vida al Señor, en inmolación para salvar el alma de la propia madre.
En su vida escolar se destaca por ser un joven afable y gana admiración de sus compañeras, su amabilidad y carácter servicial la hacen ser una gran compañera, del mismo modo  las superioras se quedan asombradas de su obediencia. Laurita muestra que siente un gran amor por Jesús Sacramentado y por María Auxiliadora. Así es como el día de su primera comunión ofrece su vida en sacrificio a Jesús, y al ser admitida como "Hija de María", consagra su pureza a la santísima Virgen María.
Laura, ante el conviviente de su madre, pasa por momento de gran sufrimiento, ya que no se deja abusar por él, quien la trata brutalmente con bofetadas y azotes, los que prefiere ante cualquier situación indigna.
En cierta ocasión sucedió una gran inundación que invadió la escuela, Laurita no escatima esfuerzos en colaborar en salvar de esta grave situación a la más pequeñitas de la escuela y luego de permanecer muchas horas en una noche en el agua, sufre una dolorosa enfermedad en los riñones, sufrimiento que acepta como el sacrificio que le ofreció a Dios por salvar el alma de su mamá. Luego de este suceso, Laurita se debilita con gran deterioro para su salud.
Junto con su padecimiento, recibe noticias que no sería aceptada  como religiosa como consecuencia de la vida en concubinato de su madre, cuestión que a ella no le cabe ninguna responsabilidad. Esta discriminación ilógica le agrava su tormento, y no deja de orar por ello. Así es como ella se agrava y cae en cama con dolores intensos. La vida de Laura se está apagando, pero en su corazón está encendido su amor y dice: "Señor: que yo sufre todo lo que a Ti te parezca bien, pero que mi madre se convierta y se salve".
Estando Laurita en agonía, ella le hace saber a su madre: "Mamá, desde hace dos años ofrecí mi vida a Dios en sacrificio para obtener que tú no vivas más en unión libre. Que te separes de ese hombre y vivas santamente". Mamá: ¿antes de morir tendré la alegría de que te arrepientas, y le pidas perdón a Dios y empieces a vivir santamente?, entonces su madre le expresa: "¡Ay hija mía! Exclama doña Mercedes llorando, ¿entonces yo soy la causa de tu enfermedad y de tu muerte? Pobre de mí ¡Oh Laurita, qué amor tan grande has tenido hacia mí! Te lo juro ahora mismo. Desde hoy ya nunca volveré a vivir con ese hombre. Dios es testigo de mi promesa. Estoy arrepentida. Desde hoy cambiará mi vida".
Laurita llama a su Confesor y le dice: "Padre, mi mamá promete solemnemente a Dios abandonar desde hoy mismo a aquel hombre". Entonces mama e hija se abrazan llorando. A Partir de ese instante el rostro de Laurita es más sereno y alegre. Ella siente que ya nada le retiene en esta vida terrenal. La Divina Misericordia ha triunfado, su madre amada ha cambiado y su misión en esta vida se ve cumplida, de este modo, Laurita abraza y besa incansablemente el crucifijo orando junto a una amiga que permanece junto a ella en su lecho agonizante le dice: ¡Que contenta se siente el alma a la hora de la muerte, cuando se ama a Jesucristo y a María Santísima!. Así, de este modo, una imagen que está frente a su cama y exclama: "Gracias Jesús, gracias María".
Dios la llama a la vida eterna, luego de recibir la unción de los enfermos y su última comunión. Laura Vicuña muere en la Paz de Cristo, amándole intensamente el  22 de enero de 1904, cuando aproximaba los 13 años de edad.
Oración
¡Oh Beata Laura Vicuña!
Tú que seguiste heroicamente
El camino de Cristo,
Acoge nuestra confiada plegaria.
Alcanzamos de Dios las gracias
Que necesitamos…
Y ayúdanos a cumplir
Con corazón puro y dócil
La voluntad del Padre.
Otorga a nuestras familias
La paz y la fidelidad.
Haz que también en nuestra vida
Como en la tuya
Resplandezca una fe firme,
Una pureza intrépida
Y la caridad atenta y solícita
Para el bien de los hermanos.
Beata Laura Vicuña,
Ruega por nosotros.

SANTA ADELINA

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Adelina, Santa
Abadesa, 20 de octubre


Por: Xavier Villalta A. | Fuente: Catholic.net 



Abadesa
Martirologio Romano: En Savigny, Normandía, Francia, santa Adelina, primera abadesa del monasterio de Mortain, que fundó con la ayuda de san Vital, su hermano.( 1125)
Breve Biografía

Santa Adelina, descendiente de Guillermo el Conquistador, duque de Normandía y rey de Inglaterra, inició su vida religiosa motivada por su hermano Vitale abad de Savigny.

Siendo ya monja, fue elegida como la primera abadesa del monasterio recientemente fundado -en 1115- por Guillermo conde de Mortain. Por el color del desgastado hábito de las monjas, el cenobio era conocido como Monasterio de las Damas de Blanco de Mortain.

La regla adoptada por Santa Adelina fue la benedictina con algunas peculiaridades derivadas de la costumbre cisterciense que en esa época estaba ganando mucha influencia.

La santa murió en 1125 después de diez años en el cargo, durante los cuales probó no sólo su virtud personal, sino también la capacidad administrativa y organizacional.

HOY ES FIESTA DE SAN JUAN DE DIOS, PATRONO DE LOS QUE TRABAJAN EN HOSPITALES.

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Hoy la Iglesia Católica celebra la Fiesta de San Juan de Dios, Fundador de la Comunidad de Hermanos Hospitalarios. El Santo nació y falleció un 8 de marzo, es Patrono de los que trabajan en hospitales y de los que propagan libros religiosos.
Cuando San Juan de Dios sintió que le llegaba la muerte, se arrodilló y exclamó: "Jesús, Jesús, en tus manos me encomiendo", y en ese momento falleció.
El Santo dirigió un hospital para los pobres, en donde trabajó incansablemente por diez años. Estaba en constantes ayunos y se trasnochaba ocupándose de los enfermos, sus continuos resfriados perjudicó su salud.
En una ocasión, su hospital se incendió y sin dudarlo San Juan de Dios entró varias veces a rescatar a los pacientes, cuando pasaba en medio de las llamas no sufrió ninguna quemaduras, logrando salvar la vida de todos los pobres a quienes se dedicaba con tanto amor.
Actualmente los religiosos Hospitalarios de San Juan de Dios se dedican al cuidado de los enfermos en sus cientos de casas ubicadas en diferentes partes del mundo.
Más información:

SAN LUIS ORIONE,

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Sacerdote y Fundador

Martirologio Romano: En Sanremo, en la región de Liguria, en Italia, san Luis Orione, presbítero, que instituyó la Pequeña Obra de la Divina Providencia, para bien de los jóvenes y de todos los marginados. ( 1940)
Fecha de beatificación: 26 de octubre de 1980 por S.S. Juan Pablo II
Fecha de canonización: 16 de mayo de 2004, durante el pontificxado de S.S. Juan Pablo II
Breve Biografía

Luis Orione nació en Pontecurone, diócesis de Tortona, el 23 de junio de 1872. A los 13 años fue recibido en el convento franciscano de Voghera (Pavía) que abandonó después de un año por motivos de salud. De 1886 a 1889 fue alumno de San Juan Bosco en el Oratorio de Valdocco de Turín.

El 16 de octubre de 1889 entró en el seminario de Tortona. Siendo todavía un joven clérigo, se dedicó a vivir la solidaridad con el prójimo en la Sociedad de Mutuo Socorro San Marciano y en la Conferencia de San Vicente. El 3 de julio de 1892, abrió en Tortona el primer Oratorio para cuidar la educación cristiana de los jóvenes. Al año siguiente, el 15 de octubre de 1893, Luis Orione, un clérigo de 21 años, abrió un colegio para chicos pobres en el barrio San Bernardino.

El 13 de abril de 1895, Luis Orione fue ordenado sacerdote y, al mismo tiempo, el Obispo impuso el hábito clerical a seis alumnos de su colegio. En poco tiempo, Don Orione abrió nuevas casas en Mornico Losana (Pavía), en Noto (Sicilia), en Sanremo, en Roma.

Alrededor del joven Fundador crecieron clérigos y sacerdotes que formaron el primer núcleo de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. En 1899 inició la rama de los ermitaños de la Divina Providencia. El Obispo de Tortona, Mons. Igino Bandi, con Decreto del 21 de marzo de 1903, reconoció canónicamente a los Hijos de la Divina Providencia (sacerdotes, hermanos coadjutores y ermitaños), congregación religiosa masculina de la Pequeña Obra de la Divina providencia, dedicada a «colaborar para llevar a los pequeños, los pobres y el pueblo a la Iglesia y al Papa, mediante las obras de caridad», profesando un IV voto de especial «fidelidad al Papa».En las primeras Constituciones de 1904, entre los fines de la nueva Congregación aparece el de trabajar «para alcanzar la unión de las Iglesias separadas».

Animado por una gran pasión por la iglesia y por la salvación de las almas, se interesó activamente por los problemas emergentes en aquel tiempo, como la libertad y la unidad de la Iglesia, la «cuestión romana», el modernismo, el socialismo, la cristianización de las masas obreras.

Socorrió heroicamente a las poblaciones damnificadas por los terremotos de Reggio y de Messina (1908) y por el de la Marsica (1915). Por deseo de Pío X fue Vicario General de la diócesis de Messina durante tres años.

A los veinte años de la fundación de los Hijos de la Divina Providencia, como en «una única planta con muchas ramas», el 29 de junio de 1915 dio inicio a la Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, animadas por el mismo carisma fundacional y, en el 1927, las Hermanas adoratrices Sacramentinas invidentes, a las que se añadirán después las Contemplativas de Jesús Crucificado.

Organizó a los laicos en las asociaciones de las «Damas de la Divina Providencia», los «Ex Alumnos» y los «Amigos». Después tomará cuerpo el Instituto Secular Orionino y el Movimiento Laical Orionino.

Después de la primera guerra mundial (1914-1918) se multiplicaron las escuelas, colegios, colonias agrícolas, obras caritativas y asistenciales. Entre las obras más características, creó los «Pequeños Cottolengos», para los que sufren y los abandonados, surgidos en la periferia de las grandes ciudades como «nuevos púlpitos» desde los que hablar de Cristo y de la Iglesia, «faros de fe y de humanidad».

El celo misionero de Don Orione, que ya se había manifestado con el envío a Brasil en 1913 de sus primeros religiosos, se extendió después a Argentina y Uruguay (1921), Inglaterra (1935) y Albania (1936). En 1921-1922 y en 1934-1937, él mismo realizó dos viajes a América Latina, Argentina, Brasil y Uruguay, llegando hasta Chile.

Gozó de la estima personal de los Papas y de las autoridades de la Santa Sede, que le confiaron numerosos y delicados encargos para resolver problemas y curar heridas tanto dentro de la Iglesia como en las relaciones con el mundo civil. Fue predicador, confesor y organizador infatigable de peregrinaciones, misiones, procesiones, «belenes vivientes» y otras manifestaciones populares de la fe. Muy devoto de la Virgen, promovió su devoción por todos los medios y, con el trabajo manual de sus clérigos, construyó los santuarios de la Virgen de la Guardia en Tortona y de la Virgen de Caravaggio en Fumo.

En el invierno de 1940, intentando aliviar los problemas de corazón y pulmones que sufría, fue a la casa de Sanremo, aunque, como decía, «no es entre las palmeras donde deseo vivir y morir, sino entre los pobres que son Jesucristo». Después de tan sólo tres días, rodeado del afecto de sus hermanos, Don Orione falleció el 12 de marzo de 1940, suspirando «!Jesús! !Jesús! Voy».

Su cuerpo, intacto en el momento de la primera exhumación en 1965, fue puesto en un lugar de honor en el santuario de la Virgen de la Guardia de Tortona, después de que, el 26 de octubre de 1980, Juan Pablo II inscribiera su nombre en el elenco de los Beatos.

Su Santidad Juan Pablo II lo canonizó el 16 de Mayo de 2004.

Reproducido con autorización de Vatican.va

Luisa de Marillac, Santa

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Luisa de Marillac, Santa
Patrona de la Asistencia Social, 15 de marzo


Por: n/a | Fuente: Corazones.org 

Fundadora, con San Vicente de Paúl,
de la Hijas de la Caridad.
Martirologio Romano: 

En París, en Francia, santa Luisa de Marillac, viuda, que con el ejemplo formó el Instituto de Hermanas de la Caridad para ayuda de los necesitados, completando así la obra delineada por san Vicente de Paúl († 1660).

Fecha de canonización: 11 de marzo de 1934 por el Papa Pío XI

Etimológicamente: Luisa = Aquella que es famoso en la guerra, es de origen germánico.
Breve Biografía

Nació en París en 1591, Hija de Louis de Marillac, señor de Ferrieres. Perdió a su madre desde temprana edad, pero tuvo una buena educación, gracias, en parte, a los monjes de Poissy, a cuyos cuidados fue confiada por un tiempo, y en parte, a la instrucción personal de su propio padre, que murió cuando ella tenía poco más de quince años. Luisa había deseado hacerse hermana capuchina, pero el que entonces era su confesor, capuchino él mismo, la disuadió de ello a causa de su endeble salud. Finalmente se le encontró un esposo digno: Antonio Le Gras, hombre que parecía destinado a una distinguida carrera y que ella aceptó. Tuvieron un hijo. En el período en que Antonio estuvo gravemente enfermo, ella lo cuidó con esmero y completa dedicación.. Desgraciadamente, Luisa sucumbió a la tentación de considerar esta enfermedad como un castigo por no haber mostrado su agradecimiento a Dios, que la colmaba de bendiciones, y estas angustias de conciencia fueron motivos de largos períodos de dudas y aridez espiritual. Tuvo, sin embargo, la buena fortuna de conocer a San Francisco de Sales, quien pasó algunos meses en París, durante el año 1619. De él recibió la dirección más sabia y comprensiva. Pero París no era el lugar del santo.
Un poco antes de la muerte de su esposo, Luisa hizo voto de no contraer matrimonio de nuevo y dedicarse totalmente al servicio de Dios. Después, tuvo una extraña visión espiritual en la que sintió disipadas sus dudas y comprendió que había sido escogida para llevar a cabo una gran obra en el futuro, bajo la guía de un director a quien ella no conocía aun. Antonio Le Gras murió en 1625. Pero ya para entonces Luisa había conocido a "Monsieur Vicente", quien mostró al principio cierta renuncia en ser su confesor, pero al fin consintió. San Vicente en aquel tiempo estaba organizando sus "Conferencias de Caridad", con el objeto de remediar la espantosa miseria que existía entre la gente del campo, para ello necesitaba una buena organización y un gran numero de cooperadores. La supervisión y la dirección de alguien que infundiera absoluto respeto y que tuviera, a la vez, el tacto suficiente para ganarse los corazones y mostrarles el buen camino con su ejemplo.

A medida que fue conociendo más profundamente a "Mademoiselle Le Gras", San Vicente descubrió que tenía a la mano el preciso instrumento que necesitaba. Era una mujer decidida y valiente, dotada de clara inteligencia y una maravillosa constancia, a pesar de la debilidad de salud y, quizás lo más importante de todo, tenía la virtud de olvidarse completamente de si misma por el bien de los demás. Tan pronto como San Vicente le habló de sus propósitos, Luisa comprendió que se trataba de una obra para la gloria de Dios. Quizás nunca existió una obra religiosa tan grande o tan firme, llevada a cabo con menos sensacionalismo, que la fundación de la sociedad, que fue conocida como "Hijas de la Caridad" y que se ha ganado el respeto de los hombres de la más diversas creencias en todas partes del mundo. Solamente después de cinco años de trato personal con Mlle. Le Gras, Monsieur Vicente, que siempre tenía paciencia para esperar la oportunidad enviada por Dios, mandó a esta dama devota, en mayo de 1629, a hacer lo que podríamos llamar una visita a "La Caridad" de Montmirail. Esta fue la precursora de muchas misiones similares y, a pesar de la mala salud de la señorita, tomada muy en cuenta por San Vicente, ella no retrocedió ante las molestias y sacrificios.

En 1633, fue necesario establecer una especie de centro de entrenamiento o noviciado, en la calle que entonces se conocía como Fosses-Saint-Victor. Ahí estaba la vieja casona que Le Gras había alquilado para sí misma después de la muerte de su esposo, donde dio hospitalidad a las primeras candidatas que fueron aceptadas para el servicio de los pobres y enfermos; cuatro sencillas personas cuyos verdaderos nombres quedaron en el anonimato. Estas, con Luisa como directora, formaron el grano de mostaza que ha crecido hasta convertirse en la organización mundialmente conocida como Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Su expansión fue rápida. Pronto se hizo evidente que convendría tener alguna regla de vida y alguna garantía de estabilidad. Desde hacía tiempo, Luisa había querido ligarse a este servicio con voto, pero San Vicente, siempre prudente y en espera de una clara manifestación de la voluntad de Dios, había contenido su ardor. Pero en 1634, el deseo de la santa se cumplió. San Vicente tenía completa confianza en su hija espiritual y fue ella misma la que redactó una especie de regla de vida que deberían seguir los miembros de la asociación. La sustancia de este documento forma la médula de la observancia religiosa de las Hermanas de la Caridad Aunque éste fue un gran paso hacia adelante, el reconocimiento de las Hermanas de la Caridad como un instituto de monjas, estaba todavía lejos.

En la actualidad, la blanca cofia y el hábito azul al que sus hijas han permanecido fieles durante cerca de 300 años, llaman inmediatamente la atención en cualquier muchedumbre. Este hábito es tan sólo la copia de los trajes que antaño usaban las campesinas. San Vicente, enemigo de toda pretensión, se opuso a que sus hijas reclamaran siquiera una distinción en sus vestidos para imponer ese respeto que provoca el hábito religioso. No fue sino hasta 1642, cuando permitió a cuatro miembros de su institución hacer votos anuales de pobreza, castidad y obediencia y, solamente 13 años después, obtuvo en Roma la formal aprobación del instituto y colocó a las hermanas definitivamente bajo la dirección de la propia congregación de San Vicente. Mientras tanto, las buenas obras de las hijas de la caridad se habían multiplicado aceleradamente. En el desarrollo de todas estas obras, Mlle. Le Gras soportaba la parte más pesada de la carga. Había dado un maravilloso ejemplo en Angers, al hacerse cargo de un hospital terriblemente descuidado. El esfuerzo había sido tan grande, que a pesar de la ayuda enorme que le prestaron sus colaboradores, sufrió una severa postración que fue diagnosticada erróneamente, como un caso de fiebre infecciosa. En París había cuidado con esmero a los afectados durante una epidemia y, a pesar de su delicada constitución, había soportado la prueba. Los frecuentes viajes, impuestos por sus obligaciones, habrían puesto a prueba la resistencia de un ser más robusto; pero ella estaba siempre a la mano cuando se la requería, llena de entusiasmo y creando a su alrededor una atmósfera de gozo y de paz. Como sabemos por sus cartas a San Vicente y a otros, solamente dos cosas le preocupaban: una era el respeto y veneración con que se le acogía en sus visitas; la otra era la ansiedad por el bienestar espiritual de su hijo Miguel.

En el año de 1660, San Vicente contaba ochenta años y estaba ya muy débil. La santa habría dado cualquier cosa por ver una vez más a su amado padre, pero este consuelo le fue negado. Sin embargo, su alma estaba en paz; el trabajo de su vida había sido maravillosamente bendecido y ella se sacrificó sin queja alguna, diciendo a las que la rodeaban que era feliz de poder ofrecer a Dios esta última privación. La preocupación de sus últimos días fue la de siempre, como lo dijo a sus abatidas hermanas: "Sed empeñosas en el servicio de los pobres... amad a los pobres, honradlos, hijas mías, y honraréis al mismo Cristo". Santa Luisa de Marillac murió el 15 de marzo de 1660; y San Vicente la siguió al cielo tan sólo seis meses después. Fue canonizada en 1934.


Oración
¡Oh gloriosa santa Luisa de Marillac!
esposa fiel, madre modelo.
formadora de catequistas,
maestras y enfermeras,
ven en nuestra ayuda y alcanza del Señor:
socorro a los pobres,
alivio a los enfermos,
protección a los desamparados,
caridad a los ricos,
conversión a los pecadores,
vitalidad a nuestra Iglesia,
y paz a nuestro pueblo.
Cuida nuestro hogar y cuanto hay en él.
Amén

SANTA GERTRUDIS DE NIVELLES

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Gertrudis de Nivelles, Santa

Abadesa, 17 de marzo

 Fuente: Vida de los Santos

Abadesa

Martirologio Romano: En Nivelles, en Brabante, santa Gertrudis, abadesa, la cual, nacida de muy preclara estirpe, recibió de san Amadeo el sagrado velo de las vírgenes, presidió sabiamente el monasterio construido por su madre y, asidua en la lectura de las Escrituras, consumió su vida con la austeridad de vigilias y ayunos († 659).

Etimológicamente: Gertrudis = Aquella que es una defensora fiel, es de origen germánico.

Breve Biografía

Santa Gertrudis, hija menor del Pipino de Landen y de Itta, Ida o Iduberga, nació en Landen en 626. Tenía un hermano, Grimoaldo, quien sucedió a su padre, y una hermana, santa Begga, quien se casó con el hijo de san Arnulfo de Metz.

Gertrudis fue educada muy esmeradamente por sus padres, quienes pronto descubrieron su inclinación por la vida religiosa. Cuando tenía cerca de 10 años, su padre dio una fiesta a la que asistió el rey Dagoberto y los nobles más prominentes de Austrasia. Uno de los nobles pidió al rey que le otorgara la mano de Gertrudis para uno de sus hijos ahí presentes. Dagoberto, pensando halagar a la niña, la mandó llamar y señalando hacia el apuesto joven le preguntó si deseaba casarse con él. Para sorpresa suya, Gertrudis le contestó que ella nunca tomaría esposo y que deseaba tener a Cristo Jesús por su único amo y Señor. Nadie se opuso a la determinación de la niña, antes bien fue elogiada por el rey y los cortesanos.

Al quedar viuda, Itta consultó a san Amando obispo de Maestricht, sobre cuál sería la mejor forma de que ella y su hija sirvieran a Dios. Siguiendo el consejo del obispo, comenzó a construir un monasterio en Nivelles. Para evitar toda tentación en contra de la vocación de Gertrudis, su madre le cortó el pelo y afeitó su cabeza. Cuando la nueva fundación fue terminada, madre e hija ingresaron a ella. Itta insistió en que su hija fuera superiora, aunque de vez en cuando la asistiría con su consejo. La joven abadesa probó ser capaz de desempeñar atinadamente su cargo. No sólo se ganó el respeto de las religiosas, sino también el de muchos peregrinos de categoría que visitaban la casa.

Itta murió en 625, santa Gertrudis encomendó entonces muchas de las labores de la administración externa a otras personas. Esto le permitió dedicar más tiempo al estudio de las Sagradas Escrituras, así como imponerse mayores mortificaciones. Tan severamente había tratado su cuerpo, que a la edad de 30 años estaba completamente extenuada por el continuo ayuno y falta de sueño. Decidió dejar el cargo a su sobrina Wulfetrudis, a la que había preparado y sólo contaba 20 años de edad. La santa se dedicó entonces a prepararse para la muerte, aumentando sus devociones y disciplinas.

Sus biógrafos cuentan que una vez, cuando Gertrudis estaba en la iglesia, una esfera de fuego apareció sobre su cabeza y alumbró el recinto durante media hora. A pesar de su santidad, cuando llegó su hora, tenía miedo de haber sido indigna y entonces envió recado a san Ultan, que estaba en Fosses, para saber si había tenido alguna revelación que se refiriera a ella. El santo hombre mandó decirle que moriría al día siguiente, mientras se celebraba la santa misa, pero que no tuviera miedo, porque san Patricio, junto con muchos ángeles y santos, la esperaban para recibir su alma. Santa Gertrudis acogió con regocijo el mensaje y el 17 de marzo, mientras el sacerdote estaba diciendo las oraciones que preceden al prefacio, entregó su alma a Dios. Siguiendo sus deseos, fue enterrada con su cilicio puesto, sin sudario o mortaja, y su cabeza fue envuelta en un velo viejo que una religiosa había dejado allí, a su paso por el convento.

Santa Gertrudis ha sido invocada como la patrona de los viajeros, probablemente debido al interés que mostraba por los peregrinos y también por el rescate milagroso de unos monjes que la invocaron durante un gran peligro en el mar. Existía la costumbre de tomar una copa de despedida en su honor, antes de comenzar un viaje. Se conserva aún una copa que se usaba con este propósito en Nivelles, junto con algunas otras reliquias. El pueblo la veneraba como la patrona de las almas que iban de viaje al otro mundo; decían que las almas viajaban por tres días y se hospedaban la primera noche con ella y la segunda con san Miguel.

El símbolo con el que la suelen representar es un ratón. Suelen pintar uno o dos ratones subiendo a su bastón pastoral o jugando sobre su rueca. Nunca se ha dado una explicación satisfactoria a este simbolismo, aunque se han hecho muchas conjeturas: una de ellas es que el diablo en forma de ratón, solía enredarle el hilo mientras hilaba para hacerle perder la paciencia.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

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